Este cerro está muy cerca del barrio Kirchner. Es conocido popularmente por los rituales y las prácticas esotéricas que, dicen, se realiza a su alrededor. En varias oportunidades se encontró allí restos de cenizas, velas, fotos quemadas y muñecos de vudú. Todo eso, porque aquel espacio es considerado un centro de energía negativa por quienes creen en la magia negra. Las brujas lo saben y lo aprovechan, dicen en la zona. El relato asegura que al cabo del ritual se transforman, dejan su cuerpo y conquistan, volando o deslizándose de alguna u otra manera, buena parte del espacio cercano al cerro. También dicen que las brujas se desprenden de la cintura para arriba y se convierten en pájaros.
