‘Habrá que pensar en poner rejas. Yo no quiero un templo de puertas cerradas, pero me parece que no nos a va a quedar otra opción’, dijo acongojado el sacerdote Víctor Gallardo. Es que en la tarde del domingo se robaron nada menos que la imagen consagrada de la Virgen de Guadalupe del interior de la parroquia, en otra profanación que volvió a conmocionar a la comunidad religiosa del departamento. En agosto pasado, forzaron el Sagrario y se llevaron un cáliz con hostias consagradas, aparentemente para un rito esotérico.
La imagen de la Virgen de Guadalupe medía 70 centímetros y estaba en un pequeño pedestal, a unos pasos del altar. Había sido donada por una familia que la trajo especialmente de México y el robo fue descubierto a las 18 del domingo. ‘Apenas me avisaron, empecé a mandar mensajes para saber si alguien se la había llevado sin avisar, pero no tuve suerte. A la noche hice la denuncia policial’, contó Gallardo.
No fue forzada ninguna puerta, puesto que el templo abre a las 7 y cierra a las 23. Y por ahora, Gallardo no tiene sospechas de nada. Es que si bien sigue sosteniendo que el robo de hostias fue para algún rito esotérico, ahora no cree que la sustracción de la Virgen sea utilizada para un fin similar. ‘Si bien es una imagen consagrada y los cristianos le tenemos mucho afecto, hay una distancia con respecto a la presencia de Jesús en la eucaristía, como en las hostias. En lo personal, esta vez no tengo idea de por qué robaron. Algunas personas me decían que quizás lo hicieron para regalar la imagen y otras me contaron que hay curanderos que dicen que sanan con la Virgen de Guadalupe, pero lo cierto es que estoy muy desconcertado’, señaló.
Hoy, el sacerdote se reunirá con algunos fieles para determinar qué pasos van a dar. ‘Hay un plan de reformas para el templo, pero ante estos hechos tendremos que incorporar la colocación de rejas. Ya en Buenos Aires y Mendoza vi iglesias de puertas abiertas pero enrejadas, en las que la gente mira hacia el interior pero no puede pasar. Creía que eso pasaba en las ciudades grandes, pero habrá que pensarlo para nuestro templo’, contó el párroco. Y agregó que ‘ya se perdió el respeto por lo sagrado’.

