A casi 3 meses del drama que se desató en San Roque por el agua con niveles de arsénico más altos que lo permitido, los vecinos de ese pueblo jachallero de a poco se van sintiendo más tranquilos. Es que terminaron la obra del acueducto para llevar agua de la planta potabilizadora de San José y comenzaron con las pruebas técnicas, por lo que al lugar empezó a llegar líquido no contaminado. Y si bien OSSE está tratando de solucionar los problemas de presión que se presentaron, en San Roque ya se ilusionan con volver a la normalidad con el servicio de agua potable, olvidarse del arsénico y de la asistencia en camiones cisterna por parte de la Municipalidad.
El nuevo acueducto comenzó a construirse en noviembre y se trata de una cañería de 1,5 kilómetros que va desde una terminal ubicada en la zona de El Rincón hasta San Roque. Como precisamente es una terminal, el caño en esa zona tiene un diámetro de sólo 75 mm (y no 160 mm como en el resto de la villa cabecera), por lo que tuvieron que instalar una estación de bombeo. El acueducto va directo a la pileta de la planta potabilizadora de San Roque y desde ahí, a través del sistema de bombeo propio, empezó a ser distribuida a los 500 habitantes del pueblo.
‘Fue una alegría cuando empezaron a largar el agua por la red. Nos dio esa tranquilidad de tomar algo que no está contaminado, especialmente por los chicos. Pero todavía no podemos sentirnos totalmente satisfechos sabiendo que en cualquier momento baja la presión. En la noche o en la mañana sale el agua con fuerza por los surtidores, pero desde el mediodía empieza a aflojar. Vamos a ver qué pasa con la regulación de válvulas que están haciendo, ojalá lo solucionen’, contó Raúl Molina, vecino y expresidente de la unión vecinal de San Roque. Ayer, no fue posible contactar a las autoridades de OSSE para establecer hasta cuándo harán pruebas.
‘La solución definitiva para toda esa población la tendremos cuando se realice el cambio de cloacas en Jáchal, que permitirá poner cañerías de agua potable de mayores dimensiones’, dijo el intendente Jorge Barifusa.
El caso del agua contaminada de San Roque salió a la luz luego de que una vecina envió una muestra a Buenos Aires y determinaron que el líquido, proveniente de una perforación en el pueblo, contenía mayor cantidad de arsénico que lo que establece el Código Alimentario. La mujer entonces acudió al Juzgado Letrado de Jáchal, que luego intimó a la Municipalidad de Jáchal y a OSSE a llevar agua potable al pueblo en camiones. Igual, por miedo, los vecinos empezaron a tomar agua del canal. Por eso que a fines de octubre, el Gobierno provincial decidió construir el acueducto.