Llegó a San Juan a participar de un encuentro nacional de la Gran Logia Argentina de masonería. Dijo que es un gran admirador de Domingo Faustino Sarmiento y comentó que se siente orgulloso de ocupar el mismo cargo que el Maestro de América tuvo dentro de este grupo. Él es Pablo Lázaro, el Gran Maestre de la Masonería en el país. Visitó ayer la Casa Natal de Sarmiento y en este contexto habló con DIARIO DE CUYO. Explicó cómo trabaja la logia en el país y particularmente en San Juan.
-¿Cómo se encuentra la logia actualmente en el país?
-Desde 2020 presido la masonería y hace 22 años que formo parte de ella. En 2008 ingresó nuestra corriente a la Gran Logia de Argentina. Cuando asumimos, nos encontramos con una logia que tenía 14 provincias sin presencia masónica. Hoy, ya logramos la reconstrucción en todas las provincias y quintuplicamos la membresía. Tenemos más de 10 mil miembros. La masonería es un grupo muy fuerte y pujante. Es un grupo de personas que piensan distinto y somos un punto de encuentro.
-¿Qué significa ser un punto de encuentro en un contexto social marcado por una grieta?
-Hace unos días me dijeron que estábamos trabajando mal, teniendo en cuenta el contexto social, pero creo que no. Dentro de esta famosa grieta en la que vive el país y en la que hay extremos que hacen mucho ruido, también hay muchas personas en el medio que tienen ideología distinta, que quieren sentarse tranquilas a debatir, manteniendo el respeto. Ahí, entra en juego la masonería.
La masonería es filantrópica y filosófica. Es una institución laica que respeta a todos los credos, y el derecho de creer y no creer. Desde ese lugar busca acuerdos para construir una sociedad mejor.
-¿Qué hace falta para unir a la sociedad argentina?
-La Masonería trabajó históricamente como punto de encuentro, pero el argentino hace un esfuerzo muy grande por dividirse. Desde los patriotas y realistas, los azules y colorados, los personalistas y antipersonalistas y otros, siempre encontramos una grieta. Ante esto, la masonería trabaja como lugar neutral de debate. El método que ofrece y da buenos resultados históricamente es trabajar en lo que estamos de acuerdo. Quizás pensamos diferente en mil cosas, pero vamos construyendo un camino. Cuando uno entiende que una persona que piensa diferente no es un enemigo, ni un monstruo, sino un adversario circunstancial que básicamente piensa diferente, se puede comenzar a construir una sociedad mejor. Es hora de deponer todo tipo de actitudes mezquinas y priorizar el diálogo, con respeto y tolerancia, para poder encontrar una salida pacífica. Hace falta más masones en el país para poder seguir uniendo.
-¿Qué papel cumple la logia en San Juan?
-Históricamente en San Juan hubo una logia muy pujante, que se llamó San Juan de la Frontera, pero hoy ya hay 5 grupos. En San Juan la masonería está creciendo y hay logias muy activas. Hoy vinimos por el aniversario del fallecimiento de Sarmiento y vinieron las autoridades de todo el país a celebrar la reunión mensual del Consejo de la Orden.
-¿Cuántos masones hay en San Juan?
-Estamos en los 400 miembros aproximadamente. Tienen actividades filantrópicas, básicamente relacionadas al sostenimiento de comedores, y también actividades que buscan solucionar problemas de fondo. Por ejemplo, nosotros buscamos enseñarle a un hombre a pescar y no darle pescado. La masonería en San Juan genera escuelas de artes y oficios, cátedras en las universidades y trabajamos en escuelas. Desde un punto de vista político es un punto de encuentro de personas de ideologías bien distintas que generan acuerdos. Acá, la logia tiene gente que busca lograr acuerdos para beneficio de la provincia.
-¿Qué aportes hizo la Gran Logia para el país?
-Uno de los últimos grandes aportes fue la Ley de Educación Ambiental. Con un debate muy profundo a nivel nacional y con el aval de 15 universidades y más de 20 Concejos Deliberantes, presentamos el proyecto en el Congreso Nacional y hoy tenemos esa ley. Ese proyecto se forjó en distintas logias del país, y San Juan también formó parte de eso.
-¿Por qué históricamente se vincula a la masonería con algo oscuro y con muchas diferencias con la Iglesia Católica?
-La masonería no está enfrentada a ninguna religión y busca acercarse a eso. Se aceptan todas las religiones. Es más, hubo un Papa masón, Juan XXIII. Lo que pasó es que en algunos momentos de la historia, la masonería, que es defensora del laicismo, fue anticlerical. Se enfrentó al cuerpo político de la Iglesia, pero no a la fe. En Salta, por ejemplo, la Gran Logia de Argentina fue hasta la Corte Suprema por una demanda que hizo la masonería por la educación religiosa católica obligatoria en escuelas públicas. Eso, para nosotros contradice el espíritu de la ley 1.420 que ideó Sarmiento. En cuanto al ocultismo, hubo momentos en los que había algo de secreto en ser parte de la logia. Después eso cambió. Fue muy importante la política comunicacional que empezamos a aplicar porque eso desmitificó muchas cosas. Siempre hubo un halo de misterio y estamos tratando de sacarlo.
-¿Eso lleva a que haya más interés en la logia?
-Sí, si bien dije que hace falta más logias para unir más a la sociedad, al mismo tiempo quintuplicamos la membresía. Es que hay mucha gente interesada en participar. La gente escribe, llama y se presenta porque quiere saber de qué se trata la masonería. Estamos trabajando con la sociedad y siempre se acerca alguien que no sabe que existimos.
-Quienes quieran sumarse, ¿qué deben requisitos deben reunir?
-Los requisitos son: ser ciudadano hombre o mujer y mayor de 18 años. Siempre decimos que el límite es la ley. Es decir, tiene que ser un respetuoso de las leyes. Eso no quiere decir que todos estemos de acuerdo con todas las leyes, pero sí que las respetamos. De hecho, gracias a eso podemos trabajar en reformarlas o en hacer nuevas propuestas. Sin embargo, el requisito fundamental es estar dispuesto a escuchar al que piensa distinto. Puede haber un judío, un musulmán y un católico junto a un peronista o un radical, porque todo eso queda de lado. Los fanáticos quedan automáticamente afuera, por decisión propia. A través de nuestra página web se puede solicitar una entrevista para saber del ingreso.
-¿Qué papel cumplió Sarmiento en la masonería?
-Fue el Gran Maestre, el líder en el país. Es uno de los dos homenajes obligatorios que hacemos por estatutos. Uno es a San Martín y el otro a Sarmiento, por eso estamos acá en San Juan. El Gran Maestre es quien preside las logias que hay a lo largo y ancho del país. Él -por Sarmiento- junto a Leandro Alem cumplió un rol importante dentro de la institución en la creación de nuevas logias y de la masonería tal cual la conocemos hoy. Al asumir la presidencia de la República Argentina renunció y asumió Alem, con quien tenía muchas diferencias políticas y eso dejó en evidencia la esencia de la logia.
- Un grupo que busca una sociedad justa
La masonería es una institución que tiene asiento en todo el mundo desde hace cientos de años y en San Juan tiene unos 400 integrantes. Se trata de una organización que históricamente se manejó con un perfil de sociedad secreta y que según la propia definición, es una institución filosófica, humanista y progresista que tiene la misión de formar hombres de bien.
Según los mismos integrantes de la logia, la Masonería es una sociedad civil, dedicada al perfeccionamiento moral e intelectual de las personas. La institución se apoya en los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y su lema es Ciencia, Justicia, Trabajo. Está presente en todos los ámbitos: la cultura, la ciencia, los desafíos contemporáneos, el bienestar de la sociedad. Intenta aportar su mirada para contribuir al desarrollo de una sociedad más equitativa, más justa y más inclusiva.