Ramón Aguilera demoró intencionalmente en abrir la puerta. Pensó que era un turista y no quería volver a pasar la “vergüenza” de decirle que el servicio de cabalgata guiada que presta está suspendido por tiempo indefinido. De los cuatro caballos que destina a esta actividad, tres se contagiaron de gripe. El hombre es uno de los propietarios de equinos que viven en Rodeo, una de las localidades iglesianas donde la influenza equina afectó a más de 1.300 animales. Como otros vecinos sostuvo que esta “epidemia” les generó incertidumbre y mucha preocupación por desconocer cómo seguirá esta situación que, en algunos casos, afecta directamente la economía familiar. Desde la Dirección de Desarrollo Pecuario calcularon que hay unos 1.350 animales afectados por este tipo de gripe en este departamento, aunque desde el municipio dijeron que son unos 750.
“No sé qué voy a hacer si se me muere alguno de los caballos. A los cuatro los alquilo para cabalgatas para tener una entrada más de plata y poder mantener a mi madre. Cada animal cuesta unos 20.000 pesos y jamás podría juntar esa cantidad para comprar uno”, dijo Aguilera.
La situación también es angustiante para Alberto Ramos. Sus dos caballos estuvieron al borde de la muerte tras contraer influenza. Ambos animales los destina a participar en las carreras que organizan los hipódromos locales y de otras provincias. Las ganancias que obtiene con los premios que gana en algunas competencias, también las destina a aumentar sus ingresos. Dijo que desconoce cuánto tiempo tardarán los animales en recuperarse.
El panorama en el corral de la casa de la familia Deguer es desolador. Los 10 caballos que hay en el lugar se ven con las orejas bajas y decaídos. Todos contrajeron la gripe y su recuperación es lenta, según dijo Rolando Navarro, a cargo de su cuidado. “Todos los caballos se usan para trabajar, especialmente para arriar el ganado cuando se lo lleva a pastar. Desde que están enfermos hubo que aumentar la compra de comida para el ganado lo que generó pérdidas económicas”, dijo el hombre.
Cuidados intensivos para dos pacientes
Hace 10 días Alberto Ramos se topó con una sorpresa angustiante. Cuando fue a llevarle pasto a sus dos caballos descubrió que ambos estaban con abundante moco verde y tos seca. Constató que contrajeron la gripe. “Ya había sentido rumores sobre la enfermedad -contó-, pero nunca pensé que mis animales se iban a contagiar. De inmediato consulté al veterinario quien les recetó una vacuna de acción rápida y 3 inyecciones de antibióticos a cada uno que hay que colocárselas cada 12 horas. Yo en la mañana trabajo en el municipio donde me dan permiso para que los medique y vuelva al trabajo. El intendente sabe que este problema de la influenza equina es grave, pero no se ha reunido con los propietarios de caballos para ver cómo enfrentar la situación o para ofrecernos algún tipo de ayuda. La mayoría tenemos estos animales para alguna alternativa laboral. Ahora, en medicación, ya llevo gastado más de $2.000. Cada antibiótico cuesta 300 pesos igual que cada vacuna. No sé si tenga que volver a comprarlas, todo depende de la evolución de la salud de los caballos”.
Otros casos
Ramón Aguilera está desconcertado. Dijo que es usual que los caballos se engripen, pero que no recuerda que antes esta enfermedad haya sido tan intensiva y contagiosa como ahora. “Me sorprende que haya atacado a tantos animales y tan rápido. Lo bueno es que hemos podido intervenir a tiempo para medicarlos y evitar que se mueran como ocurrió con algunos caballos en Calingasta, lo que ocasionó peores pérdidas. Los cuatro caballos que tengo los alquilo a los turistas para cabalgatas. Por cada caballo cobro 80 pesos la hora y hay días que trabajo muy bien con ganancias que superan los 1.500 pesos. Empezaron a enfermarse para la Semana Santa pasada, así que no pude ofrecer el servicio de cabalgatas guiadas a los visitantes. Ahora no sólo no tengo esta entrada de plata, sino que además tengo que invertir en los remedios. Lo bueno es que, a pesar de que hay tantos caballos enfermos, aún se consigue los medicamentos con facilidad. Todos los días me encargo personalmente de medicarlos y atenderlos. Me cercioro de que coman para que recuperen energía y los llevo de a uno a tomar agua en la acequia. Me da mucha pena verlos tan decaídos, aunque de a poco se están recuperando. Por lo menos ya no tosen tanto y no tienen fiebre ni otras complicaciones”.
Rolando Navarro lleva la cuenta en una libreta. Hace 3 días les aplicó la vacuna de acción rápida contra la influenza equina a los 10 caballos de la familia Deguer y que tiene a su cuidado. Fue cuando todos comenzaron con la tos seca y el decaimiento. Dijo que el veterinario le explicó que a partir del séptimo día de aplicada la vacuna deben comenzar a disminuir los síntomas de la enfermedad. “Estamos muy atentos de que llegue ese día para ver si empiezan a recuperarse. Lo bueno es que los malestares no han avanzado y ninguno empeoró. Igual les prestamos mucha atención, insistimos para que coman y tomen mucha agua para que mejoren. De todos modos no sabemos cuándo podrán retomar las actividades laborales de la mayoría de ellos. El veterinario dijo que como mínimo deben descansar y hacer absoluto reposo por unos 20 días. Por eso calculamos que este año no vamos a poder participar de la Cabalgata de la Fe como hacemos tradicionalmente. Porque si esta actividad se realiza a fin de mes como algunos dicen, los caballos aún no van a estar en condiciones de recorrer gran cantidad de kilómetros y con peso encima. Cada año cabalgamos desde Rodeo hasta la ciudad de San Juan para participar de la cabalgata, cosa que esta vez creo que no va a ser posible”.
Reginaldo Díaz estaba de viaje cuando se enteró que la influenza equina había llegado a Rodeo. Sin dudarlo decidió adelantar su regreso para corroborar el estado de salud de sus 4 caballos. Llegó a su hogar el jueves pasado a la noche y de inmediato fue hasta la finca donde tiene a los animales. Todos estaban afectados por la gripe. Pese a que llegó de noche no perdió ni un minuto en medicarlos. Compró las vacunas y los remedios en el camino, aún sin confirmar que los equinos estaban enfermos. “Como escuché que la enfermedad era muy agresiva no quise perder tiempo en consultar a un veterinario y compré los medicamentos en Jáchal, de regreso a Rodeo. He crecido junto a los caballos y conozca cada enfermedad que pueden contraer. Esta gripe suele atacarlos, pero no tan fuerte como ahora. Es por eso que la recuperación de los mismos no va a ser tan rápida y hay que evaluar en qué condiciones quedan. Por eso creo que por más que realicen la Cabalgata de la Fe más adelante, los animales que estuvieron con esta enfermedad no van a estar en condiciones de participar. La enfermedad de mis caballos no me afectó en lo económico, sino en lo sentimental. He participado en muchos festivales y cabalgatas con ellos y ya estoy extrañando no poder hacerlo de nuevo”.