Aseguran que no es sencillo, pero tampoco imposible. Y quienes se animan a dar el primer paso, que es el más importante, en general terminan ganando la batalla contra el cigarrillo. Se trata del tratamiento para dejar de fumar, que en San Juan se brinda en forma gratuita y que de acuerdo a cifras oficiales tiene 145 pacientes en diferentes fases del proceso, la mayoría en control tras el alta. Estos tratamientos de cesación tabáquica comenzaron hace seis meses y los brinda el Programa Provincial de Control de Tabaco de Ministerio de Salud Pública, sin costo alguno. Precisamente, el próximo martes se conmemorará el Día Mundial sin Tabaco y por tal motivo habrá actividades de concientización y la posibilidad para aquellos interesados de obtener turnos programados con los especialistas.

"En noviembre de año pasado empezamos a distribuir los tratamientos en toda la provincia. Se trata de 100 pacientes con parches de nicotina y 45 que son tratados con los comprimidos. De todos ellos, los bupropion fueron utilizados en su totalidad por personas que ya dejaron de fumar, mientras que en parches la eficacia del proceso alcanza hasta ahora el 60%", detalló Helia Pereyra, referente del Programa Provincial de Control de Tabaco.

De acuerdo a estadísticas oficiales, el 22% de los sanjuaninos fuma y un 13% padece alguna enfermedad no transmisible, como por ejemplo EPOC, hipertensión, diabetes o asma, que constituye un agravante para su salud. Los beneficios de dejar de fumar comienzan a las pocas horas, a la vez que puede llegar a aumentar la expectativa de vida en hasta 10 años. No obstante, a los fumadores les cuesta tomar la decisión de dejar el cigarrillo.

"Recibimos muchísimas consultas, pero no se corresponde con la proporción de quienes inician los tratamientos. En la provincia tenemos 18 centros de salud, en los armamos equipos interdisciplinarios compuestos por profesionales como nutricionistas, psicólogos y médicos; que prescriben la medicación. La intervención dura tres meses como mínimo y en el proceso vamos evaluando cómo conviven los pacientes con la abstinencia y con las recaídas, que en realidad son pocas pues representan el 4%. Es importante destacar que el acompañamiento de los amigos y familia en este proceso es elemental", añadió Pereyra.

Además de los parches de nicotina y bupropion (un ansiolítico que controla la ansiedad), los tratamientos también suelen incluir vareniclina, un medicamento que viene en kits (de inicio y de seguimiento) y que suele ser entregado a fumadores con alto nivel de dependencia.

Desde Salud Pública indicaron que no sólo hay medicación disponible, sino que aguardan la compra de más tratamientos. Aquellos que deseen dejar de fumar pueden enviar sus dudas y consultas al correo electrónico tabaquismosj@gmail.com.

 

  • "Lo hice por mis hijos"

 

Lucas Milanich es un papá que un día tomó lo que considera una de las decisiones más importantes de su vida: no fumar más. Lo hizo por su familia y hoy confiesa que pudo recuperar lo que el cigarrillo le había quitado. "Dejé de fumar por mis hijos, por mi familia, que lo me venía pidiendo. Fumaba entre 25 y 30 puchos por día y eso, más el estrés del trabajo, me estaba haciendo mal. Un día escribí un mail, me respondió la doctora Helia Pereyra y empecé el tratamiento. Iba a charlas dos veces por semana y me dieron unos comprimidos para poder controlar la ansiedad. Fueron cuatro meses duros, de ir día a día. Trataba de no rodearme de fumadores, le esquivaba al cigarrillo todo el tiempo, cuando dormía eran 2 o 3 horas por día y hubo una semana en la que directamente no pude dormir. Mi humor era terrible, pero mi familia me alentaba, la doctora Pereyra estaba ahí para ayudarme en cada momento y finalmente pude salir adelante. Dejar de fumar fue una hazaña para mí y estoy feliz", confesó Lucas.

Hoy, mira atrás y no puede creer su pasado de fumador. "Ahora subo escaleras sin cansarme, no siento la falta constante de aire, duermo más tranquilo, me siento con ganas, con energía y gané en tiempo de vida para disfrutar de mi familia; además de no tener ese constante olor a humo en la ropa o la piel. Y por supuesto, también se nota en la billetera. Si bien he subido un poco de peso, que es normal y lo voy a bajar; es impagable lo que gané al dejar de fumar", aseguró.