Se creó en 1593, 31 años después del nacimiento de San Juan, y desde ese momento se la conoció como Plaza Mayor o Plaza Pública. Luego, cuando se transformó en sede de ejercicios militares, pasó a llamarse Plaza de Armas. Con el paso del tiempo, una comisión decidió denominarla “Huarpes”, pero nunca se concretó. Y, a pesar de que su denominación de Plaza 25 de Mayo, que recuerda la revolución que marcó el inicio del camino hacia la independencia y de la que hoy se cumplen 204 años, fue la que más perduró en el tiempo y sigue hasta hoy, no se sabe cuándo ni por qué se decidió llamarla así.

“No tengo registro sobre la fecha exacta ni el motivo del nombre de la Plaza 25 de Mayo. Sin embargo, esta tendencia de colocar denominaciones vinculadas a las características de los lugares o fechas y hechos que marcaron la independencia, se da tras el inicio de las revoluciones que llevaron al proceso de liberación del reino español”, dijo el historiador Edgardo Mendoza. Y agregó que “en la colonia todo estaba ligado a la Iglesia Católica. Por eso, se usaba denominaciones relacionadas con el santoral, como Nuestra Señora de los Desamparados, Santa Lucía o Inmaculada Concepción. Cuando se inicia el proceso de independencia se busca separar al Estado de la Iglesia. Debido a esto comienzan a aparecer nombres como Ullum, Zonda, 9 de Julio y 25 de Mayo”.

En registros históricos se manifiesta que la plaza principal recibe el nombre de Plaza 25 de Mayo en 1874, pero no se da mayores detalles. Esto, según los relatos del historiador César Guerrero, se debe a que esa es la fecha del primer documento oficial encontrado en el que se llama al espacio con ese nombre. Se trata de un escrito en el que la Inspección General de Milicias dispone la parada militar del 9 de Julio en la “Plaza 25 de Mayo”.

El inicio

Tras la inundación que obligó a trasladar a San Juan desde el Pueblo Viejo (en Concepción) hasta donde se encuentra hoy, el general Luis Jofré, hijo del fundador, hizo el nuevo trazado y dejó la plaza en un cuadrado desnudo. A su alrededor comenzó a construirse la ciudad. Ese espacio era conocido como Plaza Mayor o Plaza Pública, denominación que se les daba a todos los espacios de este tipo.

Según Guerrero, el paseo continuó libre por mucho tiempo. Justamente, su desarrollo comenzó después del inicio de la gesta hacia la independencia. Hasta 1816, la plaza fue escenario de corridas de toros, se usó como cancha para el juego de caña y se transformó en campo para reclutas. Además, allí se anunciaban las resoluciones de la Audiencia de Chile, se divulgaban las reales cédulas y se voceaban los bandos del Cabildo.

Alrededor de 1817, el espacio comienza a conocerse como Plaza de Armas, por ser utilizado para ejercicios militares. De hecho, en enero de ese año, en su interior se formó las fuerzas de la IV división del Ejército de Los Andes, comandada por el teniente Cabot.

Pasaron los años y la plaza aún era un potrero. Fue Domingo F. Sarmiento, desde la gobernación que asumió en 1862, quien dictó disposiciones para embellecer el paseo. A partir de eso, la plaza se forestó y se diagramó en ella un camino transversal. Camilo Rojo, quien sucedió a Sarmiento en el cargo, debió continuar la tarea y le dio color al lugar plantando naranjos, que más adelante fueron cambiados por acacias blancas y aguaribayes.

Según Guerrero, fue Sarmiento también quien designó una comisión integrada por Camilo Rojo, José María Martínez y Domingo de Oro para que propusieran un nuevo nombre. El grupo eligió la denominación de “Huarpes”, sin embargo, la sugerencia nunca fue implementada.

La plaza continuó sin tener un nombre definitivo, hasta alrededor de 1874, cuando por primera vez hay registros en los que se llama Plaza 25 de Mayo al espacio que forma parte del corazón de la ciudad y que, incluso, había sido elegido por los sanjuaninos para los festejos posteriores a la revolución que marcó el inicio de la independencia del país.