Las estructuras coloridas cambiaron el paisaje de varios departamentos. En algunos sitios los vecinos hasta construyeron sus propias plazas. Y hay fondos en los que hasta hicieron huertas o tienen llamativos jardines. Así, los 2.300 módulos habitacionales que entregaron en los últimos 18 meses, les cambió la vida por completo a las familias que perdieron todo tras los temporales. Así dejaron atrás los ranchos de palo y nylon para habitar módulos que fueron entregados por el Ministerio de Desarrollo Humano para palear la crisis habitacional y dar respuesta rápida a los damnificados.

En el verano del 2014, un temporal dejó a 500 familias en la calle y tuvieron que ser evacuadas. A mediados de la semana pasada, las inclemencias climáticas no estuvieron ni cerca de esos resultados. Según los datos oficiales, esta vez no hubo que evacuar gente y el pedido de ayuda fue menor que en otras oportunidades.

Desde Desarrollo Humano dijeron que esto sucedió porque hay cada vez más gente que tiene un techo. "Si bien falta mucho por hacer, estos módulos se convirtieron en una solución rápida para los que quedaron en la calle. Desde febrero del 2014 entregamos 2.300 viviendas que tienen todos los servicios"; dijo Daniel Molina, al frente del Ministerio de Desarrollo Humano.

Los módulos, que tienen todos los servicios llegaron sobre todo a los departamentos más alejados. Una de las entregas más llamativas fue la que se hizo de 100 casas en 25 de Mayo y fue el núcleo más numeroso. Las familias que hoy viven allí estuvieron evacuadas en escuelas y vecinales durante varios meses tras perder todo. Durante el último temporal, los chicos pudieron dormir bajo techo y en buenas condiciones. Además disfrutan de un espacio verde que ellos mismos construyeron.

Mientras que la última entrega se hizo en Barreal, hace unas semanas. Allí colocaron 12 módulos a familias que perdieron todo tras una creciente. Calingasta fue uno de los más azotados por la nieve que cayó el martes y miércoles pasado. "Hubo familias que me llamaron para contarme que por primera vez pudieron disfrutar la naturaleza de su departamento. Esta vez, la nieve fue una fiesta porque no la padecieron"; dijo Molina.