Uno de los cambios que está produciendo el crecimiento de los contagios por el covid-19 es que en el sector empresario y para prevenir precisamente ese avance hay una "preferencia" por los vacunados a la hora de tener que incorporar personal. Dicen que es para promover que la mayor cantidad de personas esté inoculada, aunque se cuidan de aclarar que no pueden obligar a nadie porque rozaría lo ilegal. Incluso un abogado laboralista explicó por qué no se puede exigir a la gente que se vacune.
Entre las fuentes consultadas sostienen que frente a dos candidatos a ocupar un puesto laboral y que tienen la misma capacitación y conocimientos, en la práctica terminan optando por el que está vacunado porque lo que se busca es la seguridad, tanto en el ámbito de trabajo, como en los clientes, si se trata, por ejemplo, de un cajero de un supermercado o de un vendedor en un negocio.
"Sin duda que hay una preferencia por alguien que está vacunado frente a dos trabajadores de un mismo nivel profesional", dijo Dino Minnozzi, titular de la Federación Económica. Y agregó que "en algún momento creo que va a llegar a ser una exigencia, pero para eso tiene que haber disponibilidad de vacunas".
Desde la Cámara de Comercio, Hermes Rodríguez, sostuvo que "por supuesto que juega a favor a la hora de tomar una decisión laboral si el empleado está vacunado. Y es porque queremos cuidar que no se sigan cerrando negocios". Pero el dirigente aclaró que "sabemos que no se puede obligar a nadie, pero es una forma de persuadir para que lo hagan".
En el sector saben que no se puede obligar a nadie a que se vacune porque se estarían atacando derechos establecidos en la Constitución Nacional, como el de la libre determinación. Por eso hablan de preferencia por los vacunados. Incluso el abogado laboralista Mario Arancibia explicó por qué no puede ser una exigencia (ver aparte).
Hugo Goransky, titular de la Unión Industrial, habló de que un empleado vacunado "alienta" al empresario a tomarlo y que suma para que sea tenido en cuenta. Pero el dirigente aclaró que "ningún extremo es bueno" y por eso se alejó de la posibilidad de que sea una exigencia.
Primero que nada, para que la vacuna fuera "exigible", haría falta que haya disponibilidad y, por ejemplo, en el caso de la segunda dosis de la Sputnik V, hay faltantes.
Intentos por fomentar la vacunación hay varios. Por ejemplo en Rivadavia, a los que se vacunaron les regalan una pinta de cerveza. Y hasta ya se habla de que en el Gobierno sanjuanino evalúan incentivar a que crezca la cantidad de vacunados con la implementación de un pasaporte sanitario que permitiría, por ejemplo, poder desarrollar actividades sociales con grupos más numerosos o que un negocio pueda ampliar su horario de atención o su capacidad de atender clientes en el local comercial.
Un antecedente cercano es el del gobierno riojano, que a partir del 30 de julio solicitará certificado de vacunación para ingresar a bares, locales gastronómicos y salones de fiestas. También en la Ciudad de Buenos Aires, el ministro de Salud, Fernán Quirós, no descartó la implementación de un pasaporte sanitario para garantizar la seguridad de las personas que hacen actividades sociales y también para estimular a los que aún están analizando si vacunarse o no.
-
"Igualdad ante la ley"
"Para poder fomentar la vacunación, primero el Estado debe garantizar que haya vacunas suficientes. Recién entonces se podrá llegar a discriminar, por ejemplo, entre un comercio que puede estar abierto todo el día y el que no. Se trata de una cuestión cuestionable porque si hablamos de la igualdad ante la ley no se puede tratar en forma desigual a quienes no tienen las mismas condiciones. Yo hablaría de que obligar a alguien a que se vacune es cuestionable y hasta inconstitucional porque no hay nada más ilegal que lo inconstitucional. Vuelvo a dar un ejemplo, si hay dos restaurantes y uno puede estar abierto las 24 horas porque tuvo la suerte de tener vacunado a todos los empleados y otro no, no se puede exigir al personal que se vacune porque no hay vacunas disponibles".