‘La tendencia de padres más comprometidos existe y es una pena que se dé más en las escuelas privadas que estatales. Creo que esto debería pasar en ambas modalidades educativas. Pero es cierto también que muchas de las actividades extracurriculares a veces son más para los padres que para los alumnos y eso suele generar papás agobiados, porque además tienen que conciliar con el trabajo. A su vez, siempre hay padres que tienen más tiempo para participar en algunas actividades o talleres en relación a otros que no suelen conseguir permisos en los trabajos, por lo que también genera culpas. Por otro lado, si bien es valiosísimo que los padres participen cada vez más en las actividades escolares, los límites pasan porque los papás no sienten que eso es un peso y que los niños aprendan a desenvolverse solos en una institución que no es la familia, sin tanta presencia paterna. Tiene que ser algo equilibrado’.