Cuando los equipos de trabajo avanzaban con los obras de verano vino el terremoto y cuando estaban enfocados también en eso apareció una serie de jornadas lluviosas que generó daños de todo tipo. Y en lo específicamente vinculado a las escuelas, el balance final de la Dirección de Obras Menores del Ministerio de Obras y Servicios Públicos dejó números en rojo: en total hubo 122 establecimientos afectados y el costo de reparación fue estimado en $50 millones de pesos, a lo largo de aproximadamente dos meses.
La mayoría de los reclamos radicó en problemas con las instalaciones eléctricas afectadas por la humedad y filtraciones y goteras, pero también en anegamientos o inundaciones. "La lluvia que ingresó a los circuitos o tableros eléctricos generó inconvenientes mayoritariamente en el suministro y derivado también en la provisión de agua potable. Eso es lo primero que solucionamos para garantizar el dictado de clases. Luego, las goteras o las filtraciones pasan a un listado de reparaciones que se realizarán en las próximas semanas", explicó Marcelo Mattar, director de Obras Menores.
Es por eso que el costo total para reparar estas 122 escuelas será de aproximadamente $50.000.000. "Hasta ahora ya generamos soluciones totales en el 60% de los establecimientos afectados, con una inversión parcial de unos $20.000.000. Con el paso de las semanas irán sumándose las obras del listado de reparaciones pendientes y por eso calculamos concluir dentro de dos meses", añadió el funcionario.
La mayor parte de los reclamos se concentraron entre lunes y martes, pero incluso el miércoles (el último día que hubo lluvias al menos hasta antes del mediodía) siguieron sumándose pedidos de reparaciones. "Los últimos dos problemas los tuvimos en las escuelas Arturo Illia, de Chimbas, y Pablo Ramella, de Rawson, en ambos casos por problemas eléctricos causados por humedad. Luego ya no recibimos reclamos y esperamos que el tiempo acompañe en los próximos días", aseguró Mattar.
Pese al intenso trabajo, en casi todas las escuelas la actividad es normal. La excepción es la Maestro Argentino, en Pocito. Ese es el único establecimiento en el que aún no puede dictarse clases porque el complejo se inundó y la greda afectó a todo el edificio, que se encuentra en desnivel con respecto a la línea de callejón donde está ubicada. La humedad hasta derribó una parte de pared divisoria y allí los trabajos demorarán unas dos semanas.
En la otra escuela en la que no había clases, la Virginia de Parkes, ubicada en Carpintería, ayer retomaron las actividades luego de los arreglos en el acceso, pues la lluvia había generado un socavón en la calle.
Contratadas
10 empresas fueron contratadas para dedicarse exclusivamente a las obras de reparación, tras los daños por las lluvias.