Las Bodas de Fígaro (obertura de Mozart) invadió el lugar. La gente, que estaba allí desde hacía más de una hora por la misa del domingo, se quedó inmóvil.
Algunos atinaron a filmar con sus celulares, otros no pudieron contener la emoción. Es que cada acorde ejecutado por el órgano Poggi, que ayer volvió a la vida, fue para la comunidad del Colegio Don Bosco, apostar a la esperanza. Con obras de Mozart, ejecutadas por Luis Emilio Karam y el Coro Universitario de la Facultad de Filosofía. Humanidades y Artes de la UNSJ, el templo de María Auxiliadora vibró y sobró la emoción.
El órgano fue el tesoro más preciado de la comunidad salesiana local y hacía 37 años que no se usaba. Gracias a la iniciativa de las familias ligadas a la institución, tal como ocurrió cuando se compró en 1946 y al aporte del Gobierno de la provincia, el imponente instrumento volvió a sonar.
Este es el segundo órgano de tubos de la provincia luego del que está en el Auditorio Juan Victoria. Tiene la posibilidad de ser ejecutado manualmente o electrónicamente a través de computadoras, tal como sucedió anoche.
La presentación se hizo dentro del templo, luego de la misa dominical. Y para que la gente no tuviera que movilizarse luego de la ceremonia, sólo por ayer montaron el altar al revés.
Es decir que el sacerdote ofició la misa en donde se encuentran las puertas del ingreso principal a la iglesia. Sobre este sector, hay una especie de balcón que es donde se encuentra el órgano. Allí se ubicó también el coro de Filosofía, dirigido por Jorge Romero.
La emoción más fuerte llegó al final con la interpretación de Réquiem, de Mozart.
Volver a la vida
Tras el terremoto del ‘77, el órgano comenzó a dañarse severamente, sobre todo sus tubos. Y si bien en ese momento se repararon, al poco tiempo se volvieron a romper y quedó fuera de uso en 1979.
Según contaron los exalumnos del colegio Don Bosco, la reparación inició en 2015 y fue un proceso lento. Además se le incorporó algunas modificaciones tecnológicas. Se renovó el sistema de mandos, reemplazando el electromecánico por uno electrónico.
También le agregaron una interface que permite que el órgano toque a través de una computadora. Esto estuvo a cargo del ingeniero Carlos Merlassino.