En la sala de jugadores del Banco Hispano, los sanjuaninos Juan Pablo Domínguez y Emiliano Cáceres se encargaron de encordar las raquetas de los tenistas durante todo el Challenger.
Domínguez, quien junto a su compañero trabajaron en promedio sobre unas 25 raquetas por día, señaló que “los pedidos de los jugadores son diferentes. Unos quieren más tensión y otros menos, depende del estilo de cada uno. A menor tensión hay más elasticidad y la raqueta despide más. En cambio, con más tensión es viceversa”. La marca Babolat se contactó con Domínguez para tener su servicios.
