Aquel 15 de enero de 1944, las 200 casas estaban vacías, pero en pie. Esperaban los últimos retoques para poder ser habitadas. De golpe, se vino el remezón, el terremoto más importante que tuvo que soportar la ciudad de San Juan y que dejó la mayor parte de las construcciones en el suelo. Sin embargo, aquellas casas, unas de las primeras realizadas con material en la provincia, guardan un secreto entre sus paredes: si bien no tienen columnas, necesarias para las construcciones sismorresistentes, sus ladrillos están trabados en las uniones de los muros y eso permitió que quedaran prácticamente intactas. Así, el barrio hoy conocido como Residencial Rawson, se transformó en uno de los pocos sobrevivientes de la catástrofe.

El sismo influyó tanto en él que hasta le cambió su identidad. Es que, en sus inicios fue ideado para los obreros, por eso nació con el nombre Obreros de Rawson. Pero, según cuentan algunos de los vecinos que nacieron bajo los techos de esas casas, al final terminó habitado mayormente por vecinos de Concepción. Es que, esa zona, donde hasta antes del siniestro estaba ubicada la ciudad, fue una de la que más sufrió los embates del terremoto. Así, el barrio se convirtió en refugio y hogar de las familias que habían quedado sin techo, a fines del ’44.

Hoy, la mayoría de las casas conservan su fisonomía original, con los pintorescos techos a dos aguas y las paredes cubiertas de ladrillo visto. Pero también muestra cambios, a través de los cuales el barrio fue incorporando las innovaciones de cada época. Las casas, que originalmente tenían dos habitaciones y una galería, hoy tienen más habitaciones. Además, sus dueños cambiaron los fogones con grandes campanas que traían para cocinar con leña, por cocinas a gas. Sumado a eso, las viviendas se multiplicaron. Es que, los terrenos eran tan grandes, que pudieron ser divididos para la construcción de nuevas casas.

Hoy, 67 años después, el barrio sigue a la vanguardia. Contiene al Centro de Adiestramiento René Favaloro, más conocido como "La Rotonda", un complejo centro de salud al que asiste gran parte de los rawsinos y la gente de la zona Sur de Pocito. Y sobre una de sus calles también está la delegación de Bomberos de Rawson, la mejor equipada de la provincia. En el barrio, además, hay dos escuelas, una capilla y un club, el Club Obreros Rawson. Y el año pasado, los vecinos tuvieron que ponerse la camiseta por el lugar. Es que el espacio estuvo a punto de ser rematado, pero tras la lucha de los vecinos, el Gobierno pagó la deuda que tenían por el terreno y lo salvó.

Así, el barrio rawsino, es uno de los más antiguos, pero a su vez cuenta una historia signada por la vanguardia y hoy es uno de los mejor equipados del Gran San Juan.