El objetivo siempre estuvo, pero fue recién en 2006 que el enólogo Jorge Pérez Staib se animó y creó Tingere, convirtiéndose en uno de los referentes de vinos de autor en la provincia. La tendencia sigue en aumento en este tipo de vinos que se caracteriza por ser producido y personalizado por un enólogo de acuerdo con su experiencia, criterio y gusto personal, además de pertenecer a pequeñas partidas de alta calidad y cuidados extremos.

Pérez Staib es enólogo desde 1973 y trabajó en varias bodegas, hasta que en 2001 se vinculó al proyecto vitivinícola Don Doménico y luego al de San Juan de la Frontera. "Con Tingere la idea surgió por las ganas de elaborar un vino especial. Gracias a las amistades que se van consiguiendo, pude acceder a tanques en bodegas en las que estaba trabajando y entonces empecé a producir mis vinos, en 2006\’, contó Pérez Staib.

El primero que elaboró fue un Tannat que rápidamente le dio satisfacciones. Y luego, en 2007, ganó la medalla de oro en la Vinandino, el espaldarazo suficiente para seguir trabajando en sus productos. "Me di cuenta que no era un hobby nada más, que esto es una parte de mi vida. Tingere es una palabra española que nombra a los vinos tintos, a los que tiñen, y creo que le vino como anillo al dedo a mi primera elaboración", agregó el profesional.

Para producir sus Tingere, Pérez Staib recorre viñedos de Guanache, Zonda o Pedernal y gracias a su experiencia va seleccionando uvas, siempre comprando en volúmenes muy pequeños. El proceso de elaboración, en tanques de las bodegas en las que trabaja el enólogo, requiere el típico cuidado de estos vinos, detallista al máximo. "Uno va trabajando el vino de a poco, para obtener la mayor calidad. Hacer vinos de autor es justamente eso y creo que requiere una gran seriedad y mucha responsabilidad", indicó Pérez Staib.

Con el tiempo, el enólogo incorporó nuevos varietales y blends a la marca, agregando también la línea Tingere Roble, unos vinos con guarda en roble de los cuales el Malbec roble le dio la medalla de oro en la Vinandino 2010. A futuro, Pérez Staib proyecta su bodega propia, pero mientras tanto, disfruta con cada una de sus creaciones y se dispone a dar un paso que hasta hace unos años no lo imaginaba. "Voy a importar a Canadá, obviamente que una partida muy pequeña, pero es algo que me llena de orgullo", confesó.