Desde que llegó a San Juan, Sergey Kisilev no se separa de la cámara de fotos, del anotador y de la lapicera. Como su traductor todavía no llegó, hacer dibujitos es el único modo que encontró este ruso para comunicarse. Pero, a pesar de las barreras idiomáticas, Sergey, que es una eminencia dentro del paracaidismo porque a sus 81 años todavía sigue practicando la actividad, siempre está rodeado de gente. Lo más atractivo de él es que lleva 62 años ininterrumpidos practicando paracaidismo. Esto que hizo que ingresara al libro de los Récords Guinness. El hombre está en la provincia para participar del 12do Campeonato Mundial de Paracaidismo Senior, que arrancará hoy.

El vuelo de Sergey se adelantó por lo que arribó antes de lo previsto a San Juan. Es por eso que la organización tuvo que hospedarlo provisoriamente en la casa del Aeroclub de Pocito. Pero esto, más que un contratiempo fue un placer para el ruso. Desde el martes pasado se dedica a recorrer de aterrizaje y el galpón donde están los aviones. Y toma fotos hasta de los perros que hay en el lugar.

Por su dinamismo y simpatía, en estos días se convirtió en un personaje pintoresco dentro del Aeroclub. Sergey se las ingenia a la perfección a la hora de consultar cuándo podrá saltar. Sólo basta con que señale al cielo y luego dibuje un paracaídas en el anotador para que la gente entienda qué es lo que quiere preguntar. Como un niño, emocionado recorrió todas las instalaciones, que fueron remozadas para realizar esta competencia que convocará participantes de varios países.

El ruso, que promete ser la atracción del encuentro de paracaidistas de más de 40 años, realizó su primer salto a los 19, desde un avión biplano. Fue en ese instante cuando nació su pasión por esta actividad, que todavía practica. Esto lo convirtió en una figura destacada en el paracaidismo mundial y es uno de los personajes más buscados. Hasta ahora realizó 6.250 saltos, fue tres veces campeón ruso y estableció 8 récords mundiales en distintas modalidades de esta actividad. Todo esto hizo que se lo reconociera también a nivel laboral. En 1965 fue elegido como entrenador del equipo competitivo de paracaidismo de Moscú, función que cumplió sólo durante un año. Sin embargo, una de sus tareas más interesantes fue el hacerse cargo del entrenamiento de los astronautas rusos. Algo que sucedió a partir de 1967 hasta 1988, año en el que se jubiló.

Paralelamente a sus actividades laborales, continuó con el paracaidismo. Sus destrezas aéreas lo llevaron a cosechar frutos rápidamente. Tal es así que El ruso es considerado pionero de la filmación aérea y en caída libre. A esto se sumó que fue el camarógrafo de la película ’Las personas por encima de las nubes’, que recibió 15 distinciones en festivales internacionales de cine. Por todos esto, la Federación Aeronáutica Internacional le entregó una distinción a la trayectoria como aerodeportista.

A pesar de su abultado currículum, Sergey es un hombre simple que se divierte con lo que hace.