Desde el inicio de la pandemia del coronavirus, los respiradores artificiales han sido uno de los ejes de la tormenta del sistema sanitario de todos los países. En este contexto y atendiendo a una eventual emergencia, Manuel Galdeano, Pedro Bocca y Héctor Molina, ingenieros y docentes del departamento de Electromecánica de la Facultad de Ingeniería, junto con los bioingenieros del Hospital Rawson Luis Pulenta y Gonzalo Quiroga, desarrollaron en San Juan un respirador artificial “low cost”, utilizando como elemento principal la conocida bolsa ambu, que tradicionalmente se usa para dar respiración manual en la actividad de resucitación.

“Es un sistema desarrollado en el marco de la emergencia que plantea la pandemia del coronavirus. Lo más importante es que la función termina siendo la misma que la de un respirador común, pero tiene un costo mucho menor. Con todo lo que se necesita tendrá un costo de 80 mil pesos, a diferencia de los 800 mil que cuesta un respirador en el mercado nacional o internacional, siempre dependiendo del valor del dólar”, comentó Héctor Molina.

El gobierno de la provincia ya ha manifestado la voluntad de financiar la fabricación en serie de los respiradores en caso de que Salud Pública apruebe el funcionamiento y las medidas sanitarias del mismo.

La invención local ahora se encuentra a prueba en el Hospital Rawson y desde Salud Pública constituyeron una comisión para evaluar su funcionamiento y eventualmente aprobar la semana que viene el inicio de la fabricación de los aparatos.

“El respirador utiliza elementos que ya están aprobados por salud pública como la bolsa ambu, el 80% de las piezas restantes son fabricadas en impresoras 3D y todo el demás es sistema electrónico de monitoreo. Por eso es muy fácil de replicar. Mandando los modelos de las piezas y el sistema de armado (que solo implica 2 o 3 horas) podría reproducirse en toda la provincia o en otras partes del país, siempre que la autoridad de salud de cada provincia lo autorice”, indicó Molina.

Bolsa ambu, utilizada para asistencia de respiración manual.

Fuentes relacionadas a la fabricación indicaron que recibieron llamados del Departamento de Ciencia y Técnica de la provincia para, en caso de ser aprobado, habilitar un espacio de coworking donde estudiantes de ingeniería puedan colaborar en el armado de los respiradores sanjuaninos, con la supervisión de los diseñadores.

“Nosotros hemos armado todo el sistema en una mañana, ya que son todos componentes modulares. Estamos viendo la forma de organizarnos para producirlos en mayor cantidad. Tampoco se necesita muchas personas y no es necesario el uso de herramientas peligrosas”, comentó uno de los diseñadores.

 

La intención de los profesionales abocados al desarrollo del respirador no es ganar dinero sino resolver una situación sanitaria que puede convertirse en una emergencia en caso de que aumenten las personas afectadas por coronavirus. “Es cierto que la bolsa que utiliza nuestro respirador puede cumplir funciones durante varias semanas, pero luego debe cambiarse. Eso es lo más caro, ya que una ambu descartable tiene un valor de 6 mil pesos, pero una reutilizable tiene un costo de 30 mil pesos, casi el 50% del costo que tiene el respirador artificial que hemos desarrollado”, concluyó Molina.

Los profesionales abocados al invento indicaron que el gobierno de la provincia ya ha manifestado la voluntad de financiar la fabricación en serie de los respiradores en caso de que Salud Pública apruebe el funcionamiento y las medidas sanitarias del mismo.