Bajó lento del avión, algo perdido. Flaco, con una campera de Boca y un pequeño bolso. Lo esperaban sus padres, sus hermanas y un par de sobrinos. Rolando Porras (39) era otro, distinto a aquel que se fue cuatro años atrás. Los abrazos se fueron dando uno a uno, y todo en cámara lenta, a este sanjuanino que vivió una odisea en Venezuela no le sobraban las fuerzas.
Este muchacho que llegó anoche al Hangar del Gobierno de la provincia zafó de lo peor en aquel país. Se fue porque buscó una oportunidad, pero volvió porque la salud le jugó una mala pasada. Su estado, a la espera de estudios, es compatible con el de un desnutrido, según las autoridades.
Porras se afincó en el estado venezolano de Tinaco, al Sureste de Caracas, distante a unos 255 km de la capital. Formó familia en aquel país, se casó, pero la situación extrema que se vive en Venezuela lo llevó a caer en desgracia.
Este capitalino se tomó unos minutos tras bajar del avión para hablar con DIARIO DE CUYO. Lo primero que reconoció, con una sonrisa tibia en el rostro, es que “adelgacé bastante”. Claro, en las últimos meses perdió 8 kilos.
“La pasé mal, está feo la cosa, no se consigue nada. La gente se está muriendo de hambre, no hay medicamentos. Intenté trabajar por todos los medios, hice panadería que nunca lo hice, pero me fue mal porque no hay efectivo, es imposible trabajar en Venezuela”, relató.
Rolando tiene en San Juan 2 hijos, un varón de 17 y una nena de 10. En los últimos meses se dedicó a vender en la calle una especie de pan casero. “Fui vendedor ambulante. No hay harina, si uno la consigue, la consigue caro, pero no hay efectivo”.
El hombre desmintió que vivió en la calle y que le robaron su documentación; en cambio dijo que vivió “en una casa de familia, con mi mujer”. La vuelta a sus pagos se precipitó por el deterioro de su salud, “se fue joven y ahora parece un viejito”, graficó una de sus hermanas. “Se me complicó el tema de la salud, es caro para hacerse cualquier análisis”, reveló.
Consultado sobre si se arrepiente de haberse ido a Venezuela, fue contundente: “No me arrepiento, son cosas que pasan en la vida, si fuese brujo, son cosas que pasan”. Porras agradeció al Gobierno de la provincia, “si no fuese por ellos no se que hubiera pasado”.
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Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018