La campaña para recuperar basura tecnológica que empezó un grupo de alumnos del Colegio Central Universitario Mariano Moreno como proyecto en el 2012 y se repitió este año fue el puntapié inicial de una acción mucho mayor aún. Es que los resultados fueron tan impresionantes (la última vez lograron juntar más de <BF>2,5 toneladas<XB> entre computadoras, CPU, monitores, teclados, mouse, módems, posnets, scanners, teléfonos celulares, video casetera, DVDs, juguetes electrónicos, entre otros elementos que enviaron a Mendoza para su tratamiento en la mayoría de los casos, aunque pudieron recuperar otros que sirve como material de estudio para escuelas técnicas o cursos con salida laboral) que todos en el colegio quedaron motivados para seguir estudiando sobre el circuito de la basura y para básicamente generar y ser propagadores de conciencia.
Con el apoyo de los docentes de distintas áreas se lanzó durante todo el mes de septiembre el proyecto "La basura: un compromiso social y ambiental” que no era ni más ni menos que trabajar con los alumnos de 1¦ a 6¦ año y en cada una de las asignaturas diferentes aspectos de lo que se desecha. Así, según el nivel, hubo clases con temáticas como efluentes cloacales, clasificación de residuos, la contaminación sonora, residuos patogénicos, los desechos de las fábricas, compost y biogas, la contaminación de pilas y baterías, inclusive la lectura de obras de teatro sobre la contaminación. Los chicos investigaron pero también salieron a otras escuelas a contarlo e inclusive hicieron muestras y stand informativos en el mismo colegio.
Quizás quienes más provecho sacaron del proyecto fueron los alumnos de la especialidad Comunicación, Arte y Diseño. Es que con material de desecho hicieron su propia exposición de estatuas, la que aún puede verse por estos días en el pasillo central de la escuela preuniversitaria ubicada en Avenida Ignacio de la Roza. Utilizaron bolsas, tergopol, cartones, papel. También levantaron con algunos neumáticos de una donación que recibieron y caños de un calefactor viejo, el "árbol de la vida”, una obra artística para reemplazar la vieja y querida cartelera donde se hacen los anuncios importantes para docentes y alumnos.
"Tenemos una materia en la currícula en la que se trabaja con materiales alternativos y eso es muy importante para formar a alumnos que serán futuros artistas en su búsqueda ya que hay que investigar todo el proceso para utilizarlos, para cortarlos, para pegarlos según sus componentes. Eso es lo que nos pasó con los neumáticos. Pero también les hacemos ver a los estudiantes que no por ser basura o desecho no lleva un proceso creativo hasta convertirse en obra de arte, pero también les hacemos tomar conciencia de que la idea es no seguir generando basura con la basura. Ese es el gran desafío”, explica Myriam González, jefa del departamento de Artes.