�En los cinco años de gestión de Martínez de Hoz, la cotización del dólar en pesos aumentó un 635 por ciento. Parece mucho, pero hay que tener en cuenta la impresionante inflación de la época: en el mismo lapso, los precios minoristas crecieron el 9.095 por ciento. De esas cifras se desprende que entre marzo de 1976 y marzo de 1981 hubo una inflación en dólares del… ‘1.151 por ciento‘.
La brecha entre la cotización del dólar y la inflación se tradujo en una abrumadora apreciación del peso con consecuencias en pérdida de competitividad, avalancha de productos importados, cierre de establecimiento fabriles, desempleo y ejecuciones hipotecarias. Una tabla de cotizaciones diarias informaba a los operadores la evolución de la cotización y todos operaban a sabiendas de que cada día el dólar iba a ser más barato. Esa fue la ‘tablita‘ cambiaria de Martínez de Hoz. Como en el mismo lapso la inflación superó con creces a la cotización del dólar, al término del experimento la apreciación del peso había dejado a la economía al borde de la parálisis. En 1981, el ministro de Economía Lorenzo Sigaut comienza a desandar el camino y el dólar sube de 2.450 a 2.900 pesos ley. En diciembre, Leopoldo Galtieri toma el poder con el dólar a 11.800 pesos. Contra todo discurso, el que apostó al dólar ganó.