Habla poco, pero come bien. Su ánimo está como si nada le hubiera ocurrido y reconoce a todos los que lo visitan. Eso aseguró Cristian Quevedo, el papá de Jeremías, el pequeño de 3 años que el sábado pasado cayó a un pozo negro de casi 8 metros, que están construyendo en el fondo de su casa, y que fue rescatado por su mamá y su tía. Además dijo, que si bien su estado de salud es bueno y ya está una sala común, el niño se quedará por lo menos un día más en el Hospital Rawson porque los médicos le quieren hacer nuevos estudios porque le cuesta caminar.

‘Para nosotros es un milagro que Jere esté bien’, dijo el papá, que no se mueve ni un instante del hospital. El hombre comentó a DIARIO DE CUYO que ayer al mediodía Jeremías iba a ser dado de alta porque el hematoma que tenía en la cabeza (que lo hizo permanecer el sábado y parte del domingo en terapia intensiva) había desaparecido. Sin embargo durante la mañana quisieron que el pequeño caminara y ahí notaron que le costaba mantener el equilibrio. Es por esto que iba a ser sometido a una tomografía computada para verificar si tenía algún problema en los pies, las piernas o la cadera. ‘Es que los médicos creen que cayó de parado’, dijo Cristian. Además contó que los médicos no descartan que la falta de equilibrio se deba a que Jeremías estuvo 3 días en cama o a los efectos de los calmantes. Es que el sábado el pequeño debió ser sedado ya que estaba muy nervioso, lloraba y se quería sacar los sueros y el cuello ortopédico.

‘El domingo notamos que algo no estaba bien en sus pies. Quise ponerle las zapatillas y me pidió que se las sacara porque le dolían. Entonces nos dimos cuenta que tenía el empeine levantado. Pero hoy cuando lo vio un traumatólogo nos dijo que no tiene quebraduras. Por eso le van a hacer una nueva tomografía’, dijo Cristian. Además, contó que no sabían si Jeremías recordaba qué le había sucedido. ‘Ni si quiera pregunta por qué está en el hospital’, dijo.

La tragedia con final feliz, comenzó el sábado en la mañana. Carmen, la mamá del niño, notó que su hijo había caído al pozo, y con la ayuda de Carina, su cuñada, lo rescataron antes de que llegaran los bomberos.