Yolanda Romero se puso feliz. Los chicos llegaron a horario a la escuela que ella dirige. También, sanos y salvos. Esta vez el colectivo no se rompió y pudo completar el recorrido. Y su objetivo: evitar la deserción escolar por una cuestión de distancia. Se trata de una movilidad Mercedes Benz modelo 52 que, a pesar de no poder superar los 60 km/h y de romperse con regularidad, transporta gratis a 70 de los 240 alumnos que concurren a este establecimiento y que viven en zonas alejadas, sin recursos para pagar un pasaje. Cada vez que se rompe, este grupo falta a la escuela durante el tiempo que demora en ser reparada. Tanto los docentes como los padres piden colaboración para que estos niños sigan contando con un medio de transporte gratuito, y con la posibilidad de seguir estudiando.
Tiene 32 asientos, pero transporta más del doble de su capacidad. Sentados sobre la falda de un compañero o en el piso desgastado, los chicos que viven en El Chilote, Zona Norte, barrio Dique, barrio Colón, villa Las Cañitas, y Asentamiento 25 de Mayo, emprendieron el viaje hacia la escuela. Como cada mañana, cruzaron los dedos para que el colectivo no se rompa. "Si no podemos llegar a la escuela nos quedamos sin almorzar", dijo uno de ellos mientras intentaba tapar con la mochila los resortes del asiento que lo hacían ver las estrellas. Los 70 chicos que viajan en esta movilidad viven en zonas ubicadas a más de 10 kilómetros donde se encuentra la escuela, y pertenecen a familias que no tienen recursos para pagar un pasaje escolar y, muchas veces, tampoco para comer.
A las 6.30 de la mañana "El huevo" (así lo bautizaron los chicos) puso en marcha el colectivo. Arrancó al primer intento porque este chofer todos los días limpia y revisa la unidad para tratar de evitar los desperfectos comunes en una movilidad de más de 50 años. "Hace diez años que manejo este micro, y ya lo conozco como la palma de la mano -contó el chofer-. A penas le escucho un ruido extraño, lo paro para revisarlo. El problema es cuando se rompe en medio del camino y no quiere andar. Tengo que pedir ayuda para llevarlo al taller, ya que no tengo el servicio de grúa que suelen dar las aseguradoras, porque es tan viejo que ninguna empresa lo quiere asegurar".
Según contó el chofer fue la Municipalidad de Ullum quien, luego de que la Escuela Hogar le donara este colectivo, lo destinó al transporte gratuito de los alumnos de la Escuela Benjamín Lenoir, haciéndose cargo del combustible y del sueldo del chofer. Pero no de su mantenimiento.
"A veces juntamos plata con los padres para comprarle cubiertas o hacerle algún arreglo -dijo la directora de ese establecimiento, Yolanda Romero-. Hace mucho que pedimos ayuda para que alguna empresa o alguien nos done una unidad más nueva para transportar a los chicos. En caso de conseguir una, no nos vamos a deshacer de este colectivo que nos acompañó por años y con tan noble objetivo. Por el contrario le daríamos un lugar muy especial entre nuestros recuerdos".
La directora dijo que los docentes y vecinos están trabajando para inaugurar el museo de la escuela donde se podrá apreciar elementos pertenecientes a las diferentes épocas geológicas de Ullum, y a los antepasados aborígenes. Pero donde, la atracción principal será, seguramente, la vieja movilidad que rodó por años para evitar la deserción escolar.

