El edificio 9 de Julio está concebido como uno de los símbolos de la reconstrucción de San Juan, ya que comenzó a construirse posterior a la destrucción y desolación que dejó el terremoto de 1944 en la ciudad.

Esta mole de cemento, en pleno microcentro sanjuanino, se hizo teniendo en cuenta las prescripciones urbanísticas del código de edificación de la provincia que se redactó en el año 1949. Y su construcción demoró 13 años, teniendo en cuenta sus dimensiones y complejidad.

Fue inaugurado en el año 1957, durante el gobierno militar para albergar a gran parte de las reparticiones de administración pública provincial.

Hasta la construcción del Centro Cívico, fue uno de los edificios más grandes de la provincia con 12.500 metros cuadrados y una gran estructura de ladrillo y hormigón armado, con pisos de travertino en todo su interior. Tiene un extenso subsuelo que también se utilizó para reparticiones públicas, planta baja y cuatro pisos. Se extiende por toda una cuadra, entre calles Mitre, Ignacio de la Roza, Jujuy y Aberastain.

A lo largo de la historia sufrió innumerables modificaciones de sus espacios internos a través de tabiques, para adecuar su estructura a las necesidades de las reparticiones de turno. En los últimos años funcionaron allí el Archivo General de la Provincia, la Dirección General de Rentas, los ministerios de Hacienda, Infraestructura y Producción, las secretarías de Minería y Medio Ambiente.