En 2009, la Universidad Católica de Cuyo inauguró el bioterio del Laboratorio de Neurociencias de la Facultad de Ciencias Médicas. Por entonces sólo tenía un solo investigador, Martín Bruno, quien tiempo antes había vuelto a San Juan por un programa de repatriación de científicos que inició el Conicet, tras 10 años trabajando en Montreal, Canadá.
Entonces, bajo la premisa de investigar sobre el alzhéimer, el Laboratorio de Neurociencias empezó a crecer, de la mano de trabajos que fueron reconocidos a nivel mundial. Y Bruno, que estaba solo, pronto empezó a sumar investigadores, solventando proyectos a través de diferentes becas. Actualmente hay un equipo conformado por ocho personas encarando diferentes líneas investigativas, en un verdadero polo científico vinculado a ciencias biomédicas que no existe en toda la región.
A los trabajos sobre el mal de Alzheimer, ya sea relacionados al aceite de oliva o de nanomedicina, se suman otros desarrollos vinculados por ejemplo a estudios regionales sobre leucemia infantil y cáncer de mama, en el que tratan de determinar si el ambiente predispone a adquirir la enfermedad.
Otros investigadores están enfocados en un proyecto sobre esquizofrenia y el posible vínculo con la hipoxia (falta de oxígeno) al momento de nacer, entre algunas de las iniciativas.
A su vez, a través de sus diferentes líneas de investigación, la UCCuyo estableció lazos para trabajar en conjunto con universidades de otros países, como la de Navarra, en España; la de Colorado, en Estados Unidos; o la McGill, en Canadá.
El equipo de investigadores de la UCCCuyo, dirigido por Martín Bruno, cuenta con la investigadora del Conicet, María Belén Mestre; los becarios posdoctorales del Conicet, María Beatriz Bistué Millón (bióloga molecular, doctora en Bioquímica), Martín Godoy (biólogo molecular, doctor en Bioquímica); y los becarios doctorales de Conicet, María Eugenia Navas (bioquímica), Juan Pablo Márquez Lara (biólogo molecular), Martín Bustelo (biólogo) y Laura Julieta Banco (farmacéutica).

