Al costado del camino de la segunda etapa se pudo observar un pequeño almacén denominado ‘El turco’, justamente uno de los símbolos ciclísticos de Pocito. Los dueños del kiosco tuvieron bastante labor sobre todo en la venta de bebidas pues la gente se acercó constantemente para ‘abastecerse’ en el lugar. Las cervezas resultó lo más vendido por lejos.
