Cuando desapareció, el 28 de setiembre de 2004, en el departamento del ingeniero Raúl Félix Tellechea quedaron su DNI, sus anteojos, su celular y su infaltable insulina. Y desde entonces se tejieron mil especulaciones. Al principio se creyó que huyó porque había sido denunciado por la ex comisión directiva de la mutual de la universidad nacional por quedarse con unos 14.500 pesos para sueldos. A esa primera hipótesis le siguieron pistas de personas que dijeron haberlo visto vivo en Mendoza, en San Luis, en La Plata (Buenos Aires) y hasta en Chile. A cada lugar fueron los policías, pero Tellechea nunca apareció.

Luego la investigación dio un giro diametral: El juez Zavalla Pringles sobreseyó a Tellecha (lo desligó para siempre del presunto fraude) y procesó a la ex comisión directiva por el mismo delito, aunque luego un tribunal superior revocó esa medida por falta de fundamentos.

En el medio, terció la búsqueda de Tellechea, muerto: Así lo buscaron en dos lugares periféricos al dique de Ullum, en uno por indicaciones de un joven (procesado, hoy con falta de mérito) que habló de la captura del ingeniero por fuerzas de seguridad, su muerte por falta de insulina en el barrio San Martín, Capital, y su entierro en la zona del dique.

También rastrillaron el dique Cuesta del Viento, en Iglesia. En el cerro El Villicum, con sus ascensos y descensos, y hasta con un helicóptero. En los canales y en zonas aledañas a la ruta 155 y Alfonso XIII, en Rawson. Y esto sin contar cada cotejo de ADN en cada resto óseo que apareció desde 2004 a la fecha, todo dio resultado negativo. ¿Lo encontrarán finalmente en la ex bodega de Torraga?.