Nadie se entera a qué hora llega Marcelo Tinelli al estadio, si permanece en un sector privado antes o si arriba sobre la hora, pero lo cierto es que apenas suena el silbato, el animador y dueño del Drean Bolívar aparece en el complejo que construyó a gusto y placer. Vestido con camisa celeste y jeans azul, se ubicó en el sector que se hizo exclusivamente, una especie de entrepiso con sillones afelpados, alfombra y paneles de fenólico similar madera. Tinelli se apoyó en la baranda, aprovechó cada tiempo técnico para hablar por teléfono y mandar mensajes y alentó como un hincha más. Se paró, gritó puntos, aplaudió y siguió los cantos de la tribuna. Tinelli, quien se queda en una estancia con una casona espectacular en las afueras de Bolívar, según cuentan los lugareños, volverá a estar hoy de nuevo en el estadio.
