’¡Pare, pare!’, gritó el niño y el chofer del colectivo frenó en seco pensando que algo malo le ocurría a algún pasajero. Pero no tardó en descubrir que la euforia del niño se debía a una imagen que cautivó todas las miradas. Era un Papá Noel, colgando del techo de una casa. No se trataba de un hombre disfrazado con el típico traje rojo y la barba blanca, sino de un muñeco del tamaño de una persona que una vecina hizo para decorar su negocio con temática navideña. La imagen es tan real que hace que tanto los niños como los adultos se frenen para mirarla y tomarle fotos.
’¿Este no será el de Buenos Aires que se disfrazó de Papá Noel para entrar a robar en los edificios?’, bromeó un hombre que estacionó en doble fila para bajar a ver la figura. Detrás de su auto quedaron varados un par de vehículos más, pero sin que sus choferes se quejaran. Ellos también se bajaron a ver la figura.
’¿Viste que Papá Noel sí existe?’, dijo una nena a su papá que no supo qué contestarle. ’Ahora le voy escribir una cartita’, concluyó la pequeña ante la mirada resignada del hombre.
No es la primera vez que Silvia Valiente coloca a Papá Noel en la entrada de su negocio en la previa de Navidad. Pero las veces anteriores lo colocó sentado o parado. Este año, lo puso bajando del techo para darle mayor realismo. ’Me gusta hacer artesanías y manualidades, así que hace un par de años fabriqué con gomaespuma y alambres la figura de Papá Noel. Lo coloco cada 8 de diciembre a la vista del público y lo dejo hasta el 6 de enero, día de los Reyes Magos’, dijo Silvia.
La mujer agregó que años antes, guardaba la figura de Papá Noel en la siesta y en la noche, horarios en que su negocio permanecía cerrado. Pero que ahora está las 24 horas del día afuera. Dijo que, por suerte, no ha sido víctima del vandalismo. Lo atribuyó a que los vecinos de la zona se encariñaron tanto con la figura que hasta se encargan de cuidarla y taparla si llueve.
Julia Janabel vive frente al negocio donde está el muñeco. Consiguió una bolsa grande para cubrirlo cuando hay lluvia. ’La semana pasada, cuando llovió tanto, me subí al techo y lo tapé. Es tan real que parece que hasta sufre el calor’, dijo la mujer.

