Luis Mingolla es un auténtico laburante del fútbol. Nacido en la cantera de Desamparados, el Luchi desanduvo varios equipos hasta encontrar en Colón Junior su madurez deportiva y personal. Por eso apenas tapó el quinto penal, el ganador, Mingolla salió disparado a la platea baja para pedir que bajen a su hijo con el que se abrazó en el piso, envuelto en lágrimas y emocionando a más de uno. Se merecía una tarde así el Luchi. La peleó siempre y en Colón pudo demostrar lo que sabe, lo que puede y lo que quiere.