Eliana aceptó el pedido de su pequeña hija de ir al Parque de Mayo, paseo que reconoció no hacen habitualmente. Un ratito antes de las 16, con equipo de mate en mano, decidió realizar la tarde de picnic cerca del lago, aunque lo que se suponía una tarde simplemente para disfrutar a su hija y el tibio sol de una típica tarde otoñal, se transformó por una situación inusual. Dos perros adultos, mestizos, presumiblemente sin dueño, habían decidido arrojarse al agua del lago, atraídos por los peces y nadaron hasta que el cansancio se adueñó de ellos y sólo atinaron a subirse a uno de los soportes lumínicos del lago.
Los dos perros haciendo equilibrio en la estructura metálica llamó la atención de las personas, con los niños especialmente preocupados. Ante el llamado continuo, uno de los animales se animó a nadar hasta una de las orillas y allí fue auxiliado. Pero el otro nunca se mostró confiado en la reserva de sus fuerzas.
El espontáneo aplauso cuando el perro fue auxiliado, fue también señal de alivio por la presencia de niños.
Eliana decidió llamar a los bomberos para dar cuenta de la situación.
El tiempo transcurría, la temperatura comenzaba a descender y el perro aislado, con el cuerpo semisumergido, no respondía a los insistentes llamados. Tres policías ya estaban también en el lugar, custodiando que no hubiese un bienintencionado que fuese nadando a socorrer al animal, poniendo en realidad en riesgo su propia vida.
Alfredo Godoy llamaba continuamente con silbidos al perro. Pasa mucho tiempo en el parque, recolectando elementos para reciclar, y sabía que el bote que hay en el lago no podía utilizarse porque se habían roto los remos. Una mujer que escuchó la explicación de Alfredo a los policías, se ofreció a ir a su casa a buscar unos remos que ella tenía. Pero uno de ellos, luego de agradecerle, le dijo que aguardaban que llegara una dotación de Bomberos o de la Policía Ecológica.
A las 17,35, con más de 30 personas que solamente esperaban que se rescatara al animal, el arribo de un camión rojo anticipaba el comienzo del desenlace esperado.
Del cuartel de Bomberos Voluntarios de Chimbas, el sargento Sergio Trigo y el cabo Luis Arce se subieron al bote y remaron el centenar de metros, mientras los niños se mostraban más ansiosos todavía. Trigo empezó a silbar y a llamar al animal, para tratar de ganarse su confianza y evitar una reacción agresiva luego de dos horas de atravesar la incómoda situación.
El perro no puso ningún reparo en ser asistido y no sólo que dejó ser alzado rápidamente sino que una vez con los pies en el bote, se acomodó en la proa simplemente mirando la tan ansiada orilla.
Los aplausos espontáneos en ambos márgenes fueron la prueba del par de horas de tensión que hubo en el parque, en una tarde que los niños experimentaron algo más que una merecida tarde de juegos.
No es la primera vez
Luego del rescate, el sargento Sergio Trigo afirmó que es la segunda ocasión del año que deben ir al auxilio de un perro aislado en una torre de luz del lago.
Trigo señaló que este tipo de situaciones ocurren cada tanto, siempre con casos de perros callejeros, atraídos por los peces. Por eso, actúan cuando saben que ya pasó más de una hora en que el animal no se anima a nadar de regreso a la orilla y empiezan a estar en situación de riesgo. Trigo resaltó que las personas que vean este tipo de actos, actúen como sucedió ayer, simplemente haciendo un llamado de teléfono. sin intenciones de actuar por cuenta propia.
#Atención Queremos que no te pierdas nuestras noticias. Mirá este video y seguí las instrucciones
#Atención #FacebookQueremos que no te pierdas nuestras noticias. Mirá este video y seguí las instrucciones
Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018