“Está vivo, sacanos ya”, le gritó Carina Quevedo, con Jeremías en sus brazos, a su cuñada Carmen Falcón. De esta forma, el corazón de ambas (tía y madre respectivamente) comenzó a bajar sus pulsaciones. Es que habían pensado lo peor después de que el pequeño de 3 años cayera a un pozo de casi 8 metros de profundidad que estaba en el fondo de su casa. Con un arnés y sacando fuerza de donde no tenían, llevaron a cabo el dramático rescate del niño, que hasta el cierre de esta edición permanecía en Terapia Intensiva.

El accidente ocurrió cerca de las 8 de la mañana en Villa Krause. La mañana comenzó como todas las jornadas. Jeremías despertó y le pidió la leche a su mamá. Carmen preparó la mamadera y fue cuando se dio cuenta que el pequeño, que es muy inquieto según su abuelo, no estaba en el interior de la casa. La mamá de 27 años, comenzó a buscarlo y recordó el pozo negro del patio, que estaba en plena construcción. Se acercó y vio que las maderas que lo tapaban estaban corridas. Miró hacia el interior y vio que Jeremías estaba en el fondo, sin moverse. Fue cuando pensó lo peor. Pidió auxilio. Entonces, los gritos desesperados de Carmen alertaron a su cuñada, que estaba cerca, y que no dudó en encabezar el rescate.

“Me puse el arnés con el que trabajan los obreros que construyen el pozo y Carmen me bajó. Cuando llegué al fondo, lo vi. Estaba tiradito y no reaccionaba. Lo alcé y empezó a llorar”, dijo Carina mientras mostraba los raspones de sus manos. La mujer todavía no entiende cómo hizo su cuñada para “tirar la soga hacia arriba”, siendo que es menuda. Y tampoco sabe cuánto tiempo les tomó el rescate.

Los bomberos llegaron cuando Jeremías estaba fuera del pozo y lo llevaron al hospital. “Gracias a Dios estaban las herramientas de los obreros”, dijo Carina, que aseguró que los bomberos llegaron rápido.

La tía del pequeño hizo de vocera ya que Carmen y Cristian, los papás de Jeremías (que tienen 2 hijos más) pidieron no hablar por lo consternados que estaban. Con los ojos rojos de tanto llorar, las únicas palabras que dijo la mamá fue que los médicos le habían dicho que Jeremías estaba bien y que debían esperar que reaccionara. El pequeño, que es el hijo del medio, no sufrió ninguna quebradura. Pero hasta ayer tenía un hematoma en la nuca, por lo que permanecía en Terapia Intensiva.

Carina contó que el pozo negro está en construcción porque el que tenían ya estaba lleno y colapsó. La abertura tiene cerca de 8 metros de profundidad y más de 2 metros de diámetro. Se encuentra en el patio de la humilde casa de Calvento 517 Oeste. Y si bien siempre estuvo tapado, Carina dijo que ayer, después del accidente de Jeremías, le pusieron más maderas para cubrirlo mejor.