Un verdadero drama están atravesando 8 sanjuaninos que quedaron varados en el límite con Chile y que no los dejan regresar a nuestro país.

Matías Arnau (20), Marlen Funtes (26) y Melanie Maldonado (21) habían ido al país trasandino a trabajar en el verano en una tienda de ropa pero luego les ofrecieron un contrato por todo el año y decidieron quedarse. Sin embargo, el coronavirus complicó las cosas.

“Por todo esto que está pasando cerraron todo. Nos quedamos sin plata, sin lugar para vivir, sin nada”, explicó Arnau. Es por eso que tomaron la decisión de volver a San Juan, pero se toparon con problemas al llegar al Paso Internacional Cristo Redentor (por Mendoza).

“Esta mañana me junté con Marlén y con Melanie y entre los tres pagamos un Uber hasta la Aduana. Pero cuando llegamos los gendarmes nos dijeron que no podíamos pasar, que nos subiéramos de nuevo al auto. Les pedimos por favor si nos podían prestar algún teléfono para llamar pero no nos quisieron prestar nada, nos dijeron que sí o sí nos teníamos que volver para Chile”, afirmó el joven, que juega al futsal en Barrio Rivadavia.

A los tres no les quedó otra que pegar la vuelta al lado chileno y allí se encontraron con una familia también de San Juan que vive una realidad similar. “Volvimos, pasamos por la Aduana chilena y allí también nos trataron mal. Nos dijeron que teníamos que salir de ahí. En eso nos encontramos con una camioneta con patente argentina, fuimos a hablar con ellos y nos dijeron que eran sanjuaninos”, sostuvo.

Se trata de un matrimonio con una hija, el novio de ella y un bebé de 7 meses que viajaron a Chile cerca del 10 de marzo por cuestiones familiares.

 

Para ellos también todo es dramático porque la mujer mayor (55 años) “es epiléptica y se está quedando sin medicamentos”. “No les quisieron dar ni agua caliente para hacerle una mamadera al bebé. Estamos en plena Aduana sin ninguna respuesta, llamamos a las embajadas y nadie nos da una solución. Lo único que nos dicen es que no nos pueden dejar entrar. A esta altura lo único que pedimos es que nos den un lugar para estar, para comer, porque estamos sin plata, sin nada”, concluyó Arnau.