Las repercusiones del espectáculo final son parte de la Fiesta Nacional del Sol. Se adueñan de la escena en el “Día después”. Y lejos de ser la excepción, “Difunta Correa-Amor de Madre” dividió las aguas en los usuarios sanjuaninos de las redes sociales. Ante esta situación, el director artístico del espectáculo, Gerardo Lecich, buscó una posición conciliatoria, al afirmar que son “bienvenidas las críticas. Son necesarias para poder crecer. Leo y escucho todas las opiniones. Cada uno tiene su verdad y lo que dice, lo respeto. Tomo las críticas como motores para mi crecimiento personal”. Lecich agregó que luego que resume todos los comentarios lo que ha visto, lo vuelca como un aporte “a un equipo muy numeroso de personas, artístico y técnico, que lleva al frente la Fiesta Nacional del Sol”.

DIARIO DE CUYO preguntó en su web si gustó o no la obra, y al cierre de esta edición, con 7.870 votos, el 50% había respondido que sí y la otra mitad, que no.

Las valoraciones negativas apuntaron principalmente a que el espectáculo fue lento, aburrido y que no se entendieron algunas escenas.

Si bien Lecich afirmó que toma todas las valoraciones por igual, resaltó que “uno siempre busca como artista que la gente sea feliz cuando uno hace las cosas. Yo bailo hace muchos años y desde siempre queremos que sea entretenido (el show para el público), que les guste, en definitiva que no se aburra. Es un objetivo fundamental para cualquier obra”.

¿Quedó satisfecho el director con el espectáculo? Una respuesta está en sus cuerdas vocales maltrechas. “Después del show estuve gritando de alegría. Hemos formado un grupo humano muy bonito”, reconoció.

Lecich afirmó que su principal satisfacción radicó en que “siento que la obra ha tenido mucho respeto por la creencia. Hemos trabajado con Deolinda Correa, con todo el cariño del mundo y eso sí se ha reflejado: el respeto por la Deolinda querida por todo San Juan”.

Por supuesto que también hubo comentarios favorables a la obra y también el director, en su segunda ocasión al frente del espectáculo, hizo su análisis.

Lecich reconoció que lo que más le gustó es que “mucha gente dijo que se ha emocionado. Si logramos hacer que la gente se emocionó, bienvenido, eso es a lo que apuntamos. Es un motivo de placer o de felicidad, pensando en que estamos en una fiesta popular. En una obra teatral en un recinto cerrado, existen otros matices. Pero esto es una Fiesta y hemos trabajado pensando en que la gente se sienta bien”.

Aunque los comentarios en redes sociales son tan dispares (donde muchos afirmaron que vieron el show por TV o una plataforma digital) y eso no ocurre con el público que estuvo presente en el autódromo (ver recuadro), Lecich volvió al principio.

“Lo que dice la gente siempre es respetable. A todas las opiniones hay que leerlas, pensarlas y asimilarlas. Uno trata de darle a su trabajo artístico lo mejor posible para que llegue a todos”.

 

El público del cerro aprobó la historia por amplia mayoría

A pesar del dolor de cintura para quienes no llevaron reposera y se sentaron sobre alguna piedra para ver desde la tribuna natural del cerro el espectáculo final de la Fiesta Nacional del Sol, la gran mayoría elogió lo que sucedió en el escenario. “Fue muy bueno. Vengo todos los años y el show va cambiando, avanzando. La historia estuvo bien reflejada”, fue el testimonio de Raúl Fernández.

El silencio de los espectadores se mantuvo de principio a fin y solamente se interrumpía cuando concluía una escena y los aplausos reconocían esa parte de la trama. “Es una historia muy linda, emocionante, la pasé muy bien. La verdad es que no tenía mucha información, me gustó saber más de su historia”, señaló Antonia Rojas.

Con los fuegos de artificio que coronaron el show, comenzó la multitud su lenta marcha de desconcentración. Y cada tanto, un rostro en el que perduraba la emoción. Como el de Viviana Vasconcelo, quien aclaró que no es devota de la Difunta Correa, sino que la historia tuvo “muy emotivo el final”.

Desde lo artístico, la marcha de la protagonista en el desierto fue el momento destacado por la mayoría de los consultados. Como Teresa Martínez, de Villa Mercedes, San Luis, quien indicó como “increíble la fortaleza de esa mujer”.