Después de suplicarle al policía apostado en la esquina de Libertador y Salta que lo dejara pasar para hacer algunos trámites en el Centro Cívico, el hombre se abrió paso entre los conos naranja para circular con su moto por la vereda. No estaba dispuesto a dar la vuelta a la manzana para llegar a destino, si estaba a menos de 100 metros de él. Lo mismo hicieron algunos ciclistas y otros motociclistas que, con menos arrojo, atravesaron por la zona cerrada caminando con los vehículos a la par. Esta es una de las postales que ayer pudo observarse en la Avenida General San Martín, entre Salta y España, a causa del caos generado por el hundimiento del pavimento que obligó a cerrar el tránsito en esa zona. Desde la Municipalidad de la Capital anoche terminaban de poner el concreto asfáltico en la cuadra y dijeron que lo más probable era que hoy a primera hora se restituyera el tránsito vehicular.

La cara de descontento del repartidor de cerveza fue compartida por la del dueño del maxikiosco que estaba esperando el pedido. El malhumor del primero comenzó cuando no lo dejaron pasar con el camión de reparto y tuvo que caminar casi 100 metros, cargando los cajones con las manos. El del segundo, porque estaba cansado de repetir las cosas. Los clientes no lo escuchaban por el ruido de las máquinas trabajando casi enfrente del negocio.

Por su parte, la empleada de la boutique sobre la vereda Sur de la Libertador decidió atender a puertas cerradas para impedir que ingresaran sonidos desagradables y tierra. Es que si bien se hundió un paño de hormigón de 2,50 metros de largo por 1,30 de ancho, los operarios levantaron los que lo rodean para constatar su estado. Y poder comenzar con los trabajos de reparación.

El desconcierto de una joven con su bebé en brazos sorprendió hasta a los obreros que estaban en plena tarea de levantar los paños de pavimento. La mujer venía tan preocupada por la tos de la criatura que pasó por al lado del cartel que dice Desvío sin percatarse de que había ingresado en una zona momentáneamente cerrada al tránsito. Cuando se dio cuenta preguntó "¿ahora dónde tomo el 39?". Esa pregunta se la hicieron varios transeúntes que ayer llegaron al lugar para tomar el colectivo. Recién ahí, y por los propios obreros, se enteraron de que los colectivos de las líneas 12, 12A, 13, 38, 42, 39, 21, 10, 40, 36, 50, 6, 6A, 6B, 14 y 7 se tenían que tomar a la misma altura, pero en calle San Luis o Laprida, según se quisiera ir hacia Rivadavia o hacia el centro, respectivamente. Esto generó que el caos también se trasladara a estas arterias complicando el tránsito, especialmente en la esquina de Salta y Laprida, donde no hay semáforos.