“Fueron momentos difíciles en los que uno pensaba cualquier cosa. Rezamos como diez padres nuestros porque teníamos mucha fe”, dijo el intendente calingastino Robert Garcés a DIARIO DE CUYO ON LINE, haciendo referencia a los 15 minutos de pánico que vivió la mayoría de los 98 pasajeros del Austral (empresa que pertenece a Aerolíneas Argentinas y se encarga de los vuelos al interior del país) que debía aterrizar anteanoche en el Aeropuerto de Las Chacritas, en San Juan. Pero un desperfecto hidráulico obligó al piloto a desviarse hasta Mendoza por tener mejor infraestructura para realizar el aterrizaje. Esta maniobra del AU-2436 dejó en evidencia el retraso de las obras de ampliación y refacción que debían comenzar en julio pasado en el aeropuerto local, y se pospuso para el 2013 porque la empresa Aeropuertos Argentina 2000 priorizó una obra en Brasil.

Hasta antes de sobrevolar San Juan, todo pareció desenvolverse con normalidad. Pero ni bien el piloto anunció que tendría que desviarse a Mendoza para aterrizar porque había un problema mecánico, el rostro de los pasajeros y hasta de las azafatas cambió por completo. Fue cuando se dio la orden de explicar a la gente qué hacer en caso de accidente. De ahí en más, según contaron algunos de los pasajeros, el panorama que se vivió en el avión fue dispar. Algunos entraron en pánico y otros guardaron la calma ante las explicaciones del piloto. Tras 15 minutos de tensión, el avión empezó a sobrevolar la ruta mendocina a baja altura y a una mínima potencia para evitar que el aterrizaje fuese demasiado impactante. Sin embargo, el momento más complicado fue cuando se indicó a los pasajeros que se colocaran en cuclillas, algo que se pide ante la posibilidad del impacto. “Lo que más asustó fue que el mensaje del piloto fue muy crudo”, dijo el economista Eduardo Coria Lahoz, que también iba en el avión junto a el exdiputado Mario Capello, el abogado Waldino Acosta Zapata, el empresario Francisco Paladini, el senador Ruperto Godoy, la diputada Margarita Ferrá y el exfuncionario Eduardo Peñafort.

También alteró a la gente cuando se les dijo que en el aeropuerto mendocino ya habían dispuesto ambulancias y camiones de bomberos por si el aterrizaje era infructuoso. A pesar del susto, se rescató la pericia del piloto que hizo todo lo posible para que el contacto con la pista no fuese tan brusco.

El regreso a San Juan de algunos de los pasajeros fue en colectivo, luego de esperar tres horas. Mientras que otros compartieron un remís para llegar lo más rápido posible a la provincia.

Esta maniobra se podría haber hecho en San Juan si la pista fuera más ancha. La obra de ensanche iba a comenzar en julio pasado, pero se pospuso para el primer semestre del 2013. Esta remodelación permitirá que el aeropuerto sea internacional.