El Alfa Papa Charlie se acercó a Caucete y sobrevoló el área por primera vez. Desde que se produjo el terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter y llegó el aviso al aeroclub de Pocito, el avión tardó menos de 10 minutos en llegar a la zona. La imagen impactó. Los rectángulos color naranja flúo frente al hospital resaltaron en toda la cuadrícula de la ciudad, vista desde el aire. Esas eran las carpas instaladas como hospitales de campaña, donde el movimiento era intenso. Una ambulancia llegó a la zona del desastre, mientras que más allá, en el barrio Area II, se alcanzó a distinguir dos autobombas, un tanque de un camión semienterrado en un baldío y cientos de manchitas negras, que eran personas. Un helicóptero atravesó la ciudad a toda velocidad y frenó su marcha para aterrizar cerca del César Aguilar. Caucete, desde los cielos, realmente pareció envuelto en un drama, como (si se permite la comparación) sucedió en 1977. Pero se trató de un simulacro de terremoto con colapso total, con una puesta en escena integral de respuesta local, provincial, regional y nacional, que se llevó a cabo ayer en la mañana.
DIARIO DE CUYO cubrió el simulacro desde uno de dos aviones que pilotos cauceteros (Fabio Correa y Antonio Sánchez) utilizaron ayer para documentar el acontecimiento, pero quienes en caso de verdadero desastre podrían ofrecer sus servicios como puente aéreo (como Caucete no tiene una pista de aterrizaje, se evalúa la posibilidad de acondicionar un descampado en Pozo de los Algarrobos como pista de emergencia).
Donde el movimiento pareció más intenso fue en la zona del hospital César Aguilar. Y la verdadera sensación de que algo andaba mal en tierra la daban las carpas color naranja flúo y su incesante hormigueo alrededor. Ese color de las carpas sirvió para detectar desde cualquier posición el lugar del problema, por el fuerte choque visual del marrón y el gris de la ciudad vista dese el cielo.
No circularon muchos autos en los alrededores, donde la situación tan calma contrastaba con lo que pasaba en las inmediaciones del centro de salud. Fue desde ahí que el helicóptero levantó vuelo y volvió a atravesar la ciudad.
A unas cuadras de los rectángulos naranja, un baldío en el barrio Area II era el otro lugar donde las manchas se concentraban. Y como hormigas, las manchitas parecían dirigirse a la calle, como tratando de salir de ese lugar que parecía devastado.
El panorama era conmovedor, aún a sabiendas de que todo era irreal. Y es que si bien fue un simulacro, ayer desde las alturas, Caucete realmente pareció envuelto en el desastre.
Minuto a minuto

