Por atípico que haya sido el temporal de ayer, semejante lío en las calles con menos de media hora de lluvia tiene una sola explicación: el agua no sale por donde debería. Y no es un problema de ayer, sino de larga data, ya que el sistema de alcantarillas que existe en el centro desde hace casi ocho décadas, y que abarca 15 kilómetros de caños subterráneos de hormigón, está totalmente colapsado y ya no sirve para nada.
Así lo admitió el secretario de Ambiente y Servicios de la Municipalidad de la Capital, Jorge Cerdera, en una entrevista en Radio Sarmiento.
El funcionario reconoció que el desagüe pluvial céntrico desde hace muchos años no cumple su función, así que cada vez que llueve, el agua termina escurriendo por las acequias, que no están hechas para desagotar las calles sino para transportar el agua de riego. Y como las acequias suelen arrastrar mucha suciedad, también eso colabora para que se inunden calles, banquinas, veredas y edificios.
El desagüe pluvial consiste en ocho tramos de caños madre de hormigón, y hay mínimos tramos de caño de hierro apoyado en armazones de hormigón (ver infografía). El sistema nace en calle España y termina en Avenida Rawson; los caños colectores están por debajo de las calles perpendiculares a España, desde San Luis hasta General Paz inclusive, salvo Ignacio de la Roza. En total hay 120 bocas y 240 rejillas en las esquinas. El problema es que esta red, que se despliega por abajo de las calles, es muy vieja. Fue construida en 1938 por la Red Caminera Argentina y desde entonces pasó por los dos grandes terremotos sanjuaninos (1944 y 1977), más una infinidad de sismos menores, y pese a que en todo ese tiempo fue invadida por ramas y colapsada por sedimentos que solidificaron, se le encaró una limpieza general sólo en dos oportunidades, en 1978 y en 2004.
En esta tirada de 15 km de caños subterráneos, en las cuadras que están más al Oeste los tubos tienen un sedimento de barro sólido de muchos años, y en las que están hacia el Este, a ese material residual se le agrega las raíces de los árboles, ya que en ese sector de suelo hay mucha más tierra que ripio. Además, hay tapaduras por todos lados. Entonces, cuando llueve, el agua entra por las rejillas que hay en cada esquina alcantarillada, pero sale de inmediato por otras rejillas e inunda todo.
Incluso en temporales exagerados como el de ayer se puede ver algo muy curioso: "revientan" algunas bocas y empieza a brotar el agua de lluvia a chorros, como un géiser en medio del centro.
El desagüe pluvial céntrico desemboca en un canal subterráneo que corre por el costado Oeste de Avenida Rawson. Camino a Santa Lucía, ese canal se hace visible en la superficie y termina de conducir el agua de lluvia hacia el Este. O lo haría, si el sistema estuviera en condiciones.

