Entre 2005 y 2010, Argentina refinanció y normalizó con acreedores un 93% de la deuda declarada en “default” el 2001, por casi 100.000 millones de dólares, pero quedó un remanente de bonos en manos de fondos especulativos que apuestan a recuperar el 100% más intereses litigando en los tribunales. Uno de estos fondos es el que impulsa el embargo sobre la Fragata.