Un candidato a jefe de gobierno que no pudo votar, una postulante a vicejefa que no durmió, un funcionario porteño que entró al cuarto oscuro con conjuntivitis viral, la polera de Fernando “Pino” Solanas contra el frío y una mujer de 97 años que fue a votar fueron algunas de las curiosidades que dejó la elección.

Javier Castrilli, ex árbitro de fútbol y candidato a jefe de Gobierno por Acción Ciudadana, no pudo cumplir con su principal consigna de campaña: “vótese a sí mismo”, debido a que no figuraba en los padrones de la Ciudad, confirmaron sus voceros. “No llegó a tiempo con el cambio de domicilio. Javier (conocido como el Sheriff) nació en Capital Federal, de hecho vive en Floresta, pero hace dos años, por un tema particular, cambió su domicilio a la provincia de Buenos Aires”, contó uno de sus voceros.

Por su parte, la candidata a vicejefa de Gobierno porteño del PRO, María Eugenia Vidal, admitió que durmió poco porque tenía algunos nervios ante el desafío electoral.

En tanto, el secretario general del Gobierno porteño, Marcos Peña, votó en una escuela de San Telmo pese a un cuadro de conjuntivitis viral. Tal como Peña, también cumplió con su obligación Carmen Roig, con el detalle de haber nacido el 20 de enero de 1914. La mujer, de 97 años, está exenta de la obligación de ir a votar debido a su edad, pero se presentó en la Escuela 3 del barrio Vélez Sarsfield.

En el barrio porteño de La Recoleta, el candidato Fernando “Pino” Solanas reveló el motivo por el cual suele usar poleras en lugar de camisa bajo su saco para abrigarse. El cineasta mostró su lado práctico y ahorrativo al señalar que prefería los tejidos de cuello alto porque así suprime “la bufanda”. Si bien en principio la había elegido para vestirse, al notar el clima, dijo que la descartó para ayer al darse cuenta que de que “no la iba a aguantar”.

Quien tuvo complicaciones para votar fue el candidato a jefe de Gobierno porteño por el Frente por la Victoria, Daniel Filmus, en Colegiales, porque el pasillo donde estaba la mesa de votación era muy estrecho y estaba desbordado de periodistas, cámaras fotográficas y de televisión, a lo que se sumaba la gente que hacía fila para votar. A raíz de que la situación se complicó, efectivos de la Prefectura Naval que custodiaban el lugar debieron armar un corredor para que Filmus pudiera cumplir con el sufragio.