San Juan es la segunda provincia vitivinícola de Argentina por tradición y magnitud. En sus valles concentra el 22% de la superficie total de vid implantada, casi 49.000 hectáreas. De ellas, el 78% se utiliza para la producción de vinos y el resto para la venta de uva de mesa, pasas y otros usos.

Si bien la variedad de uva predominante en esta región es el Syrah, han tomado importancia el Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Tannat, Bonarda, Malbec, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viognier. El Bonarda, mal llamado Barbera Bonarda, es la segunda uva de vinificación más plantada de Argentina y puede encontrarse en tierras sanjuaninas con excelentes propiedades. El Tannat se desarrolla mejor en climas cálidos con suelos arenosos por lo que en San Juan encontró un hábitat natural para su desarrollo.

La cosecha 2012 tuvo una fuerte disminución respecto de la anterior en el orden del 22% promedio en toda la provincia, pero con cifras mayores en los departamentos de Caucete, 25 de Mayo y Sarmiento, sector donde se concentraron los mayores daños por accidentes climáticos.

Las intensas heladas de invierno, más precisamente en el mes de julio de 2011 con 21 días con temperaturas por debajo de cero grados, generó una ola de frío que provocó la muerte de plantas y de yemas, especialmente en suelos que quedaron muy secos en el invierno. A esto se sumó las heladas tardías en el mes de septiembre lo que provocó una brotación y floración muy despareja. En primavera los vientos cálidos tipo Zonda generaron problemas de cuaje y corrimiento de los racimos en floración. Por otra parte las zonas que sufrieron fuertes ataques de peronóspora con gran caída de hojas en el ciclo anterior tuvieron una brotación deficiente y con muy poca carga de racimos con daños que en algunos casos fueron del 80 % caso distrito Colonia Fiscal, Sarmiento. Todos estos factores incidieron para que al entrar el verano ya se sabía de una gran merma en la producción para la cosecha 2012.

Pero el hecho se agravó con los daños por granizo que ocurrieron a fines de diciembre sobre los distritos de Caucete, 25 de Mayo y Sarmiento, provocando pérdidas de 40 millones de kilos de uva.

El golpe de gracia lo dieron, ya entrado el verano, las olas de calor con temperaturas por encima de 35 grados centígrados que incidieron en la producción de azúcares, pérdida de peso y calibre de las bayas y calidad de polifenoles y aromas primarios de la uva.

Todo esto fue un mix que llevó a tener pérdidas muy dispares en cuanto a las variedades con Torrontés, Bonarda y Syrah por encima del 30 % y en menor medida las blancas finas por debajo del 20 %.