Les cuesta hablar del tema, se aferran a la fe y ponen en práctica la ley de atracción para llamar a la suerte. Es que, a pesar de ser diablas, lo que les genera el mayor temor hoy es el fantasma de la B. Son las 50 hinchas de Independiente que integran la peña en San Juan, quienes se juntaron para darle calor al Rojo en el momento más duro de su historia y para celebrar los 4 años de la peña.
Son fanáticas desde la cuna. La tradición familiar es lo que las impulsó a elegir al equipo de sus amores. “La camiseta es la mejor herencia”, dijo Melina Fernández, una de las diablitas sanjuaninas. Y Fany Scattini contó que “mi papá, mi hermano y yo somos fanáticos. Mi hermana se casó con otro hincha del rojo, así no hay peleas en la familia”. Ellas también piensan seguir con transmitiendo el fanatismo.
Johana Meglioli, esposa del presidente de la peña, con su panza de 5 meses cubierta con la camiseta roja, aseguró que Luz, la beba que viene en camino, ya es una hincha más. “No sólo la camiseta, tiene hasta las toallitas de Independiente. Y el catre es rojo”, contó la futura mamá.
Todas están convencidas de que el diablo no caerá. A pesar de eso, les sobran las promesas. La más repetida es la visita a la Difunta Correa. A su vez, su práctica común hoy son las cábalas. Usar la misma camiseta, sentarse al lado de alguna persona o en una silla particular, no faltar por nada a la peña o abrazar la bandera roja son algunas de ellas. “Con mi hermano miramos cada vez que podemos el cartel que pegamos en la heladera que dice: Independiente ganará. Dicen que la ley de atracción da resultados”, contó Laura Romero.
Aunque intentan no pensar en lo que podría pasar, tienen a quienes se los recuerdan permanentemente, es que las cargadas están a la orden del día. Se ríen cuando los chistes vienen de los hinchas de San Martín, dicen que ellos están en su misma situación. Y afirman que las que más les molestan son las risotadas de los hinchas de Boca, equipo con el que comparten el no haber caído en el descenso.
Mientras, para palear la sensación de angustia, tienen una única premisa: estar más unidas que nunca.

