La Universidad Católica de Cuyo invirtió 600.000 pesos en lo que será la casa de ocho ratas y ratones cotizados en 26.000 dólares que llegarán desde Montreal, Canadá. Ese lugar se llama bioterio, y es donde se harán estudios científicos del mal de Alzheimer en estos animales, que ya vienen alterados genéticamente para que desarrollen esta enfermedad.

El bioterio está ubicado atrás de la Facultad de Medicina. Fue construido con paredes termo-acústicas, para que los animales no se alteren por las temperaturas y los ruidos. Está climatizado (entre 20 y 24 grados) y con humificador. Hay una circulación interna especial del aire de sur a norte para evitar que los animales se sientan sus olores. Se compone de dos partes: la sucia y la limpia. Se ingresa por la sucia, donde hay un horno de esterilización. Se pasa a la sala donde están los diferentes tipos de ropa que usará el personal. Al ingresar a la parte limpia, hay una serie de habitaciones: una para cuarentena; dos cuartos (uno para las ratas y otro para los ratones) y una sala de comportamiento, donde se los estudia con un sistema informático.

Es la primera vez que en la provincia se harán estos estudios científicos. En el país solo se hacen en Rosario, Córdoba y Buenos Aires. Pero San Juan se diferencia porque en una de las investigaciones se experimentará con aceite de oliva, que tiene propiedades antioxidantes que podrían atenuar o frenar los efectos del Alzheimer. Esos resultados demorarán tres años, desde el momento en que el bioterio entre en funcionamiento con los animales.

Lo único que falta para que estas dos parejas de ratas y dos de ratones (la diferencia es que las ratas son más grandes que el ratón) puedan llegar a la provincia es que el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) apruebe y reglamente este nuevo espacio. En el país no son más de 10 los que tienen este permiso.

"Hay un comité de bioética y reglamento del funcionamiento. Los animales no pueden sentir dolor o sufrimiento. Y se debe minimizar el número de animales", explicó ayer Martín Bruno, el jefe del bioterio, un sanjuanino que durante una década hizo un doctorado y un post-doc en Canadá en Alzheimer, es investigador del CONICET y profesor de Medicina en Montreal, Canadá.

La creación de este lugar generó una serie de opiniones de lectores (ver en la columna algunas de ellas). Para Bruno, "esto es por la falta de conocimiento e información". Mientras que el padre José Juan García, especialista en bioética, opinó que "a la sensibilidad oncológica hay que saludarla. El ser humano es superior y creo que lo correcto es que se experimente en animales y no en humanos".

La enfermedad de Alzheimer es un desorden progresivo, degenerativo e irreversible del cerebro que causa la debilitación, la desorientación y una eventual muerte intelectual.