El polvo se levantaba ante los pasos cortitos de los bailarines sobre el piso de tierra y se mezclaba con el olor a los pastelitos que se freían en una improvisada cantina. Alrededor de la pista, en las mesas estaban los padres con sus niños mirando sin perder detalles, mientras que a algunas criaturas ya las había vencido el sueño y dormían entre dos sillas. De fondo la banda invitaba a seguir disfrutando y en el centro de atención estaban los jóvenes. Ellos fueron quienes ganaron la pista y no la dejaron hasta el final, en la reedición del Baile de la Familia, un rito veinticinqueño que volvió a realizarse después de 11 años. Fue ayer en la madrugada, en el cierre de la fiesta patronal de Santa Rosa, en el departamento 25 de Mayo.
La decisión de reflotar el Baile de la Familia nació de las autoridades municipales y la importante convocatoria fue un espaldarazo a la recuperación de esa tradición: la carpa montada frente a la plaza departamental estuvo colmada. ‘Es hermoso tener de vuelta este bailable. Vinimos dos familias juntas, con las esposas y los chicos, y aunque te saludás con los vecinos y amigos como todos los días, es una sensación diferente’, contó Gabriel Angulo, quien fue junto a la familia de Pedro Becerra.
Rápidamente los jóvenes y adolescentes rompieron el hielo y empezaron a bailar. Algunos se animaron a hacer trencitos y se abrieron espacio como pudieron entre la multitud. Las luces siempre estuvieron encendidas, porque justamente el clima pretendido no era que el lugar fuese una especie de boliche.
‘Llegamos de Caucete porque tenemos amigos en Santa Rosa y nos pareció bueno venir a ver de qué se trataba esto’, contó Agustín.
Previamente, el Baile de la Familia fue promovido por los locutores durante los shows artísticos que se desarrollaron en la plaza y la actuación del Negro Videla predispuso a la gente, especialmente con canciones como ‘Fuiste mía en septiembre’ o ‘Tú me quemas’. Ya sobre las dos de la mañana, los asistentes dejaron la plaza para cruzarse a la carpa.
‘Me invitó mi marido. Tenemos dos chicos, pero me convenció porque somos jóvenes y podíamos venir con los nenes. Él ya había venido antes, cuando era chico, pero yo recién ahora conozco de lo que me hablaba’, dijo Viviana Campos (35), mientras cuidaba de Giuliana, su nena de 5 meses. Hace varios años, en el Baile de la Familia tocaban bandas de jazz o tango, ayer en la madrugada fueron de cuarteto, pero el espíritu festivo, usar las mejores ropas para la noche y las ganas de disfrutar siguieron siendo las mismas.

