Romain Dumas ganó las 24 horas de Lemans y también un pikes Peak. Fanático de todo lo que sea automovilismo, consiguió los recursos para correr ahora su primer Dakar. Experiencia que le depara una sorpresa detrás de otra. Y él contó la última: "Básicamente mi coche se transformó en barco. Para empezar dejó de funcionar el limpiaparabrisas al principio, poniéndonos las cosas difíciles. Y como había mucho barro, no veíamos nada. Así que nos tragamos un gran agujero, lo que supuso un buen golpe para las cervicales. Un poco más lejos, entramos en un río y nos costó salir. ¡El agua nos llegaba a la altura del asiento! Luego me quedé atrapado encima de unas piedras que no había visto y el buggy había tragado tanta agua que la electricidad empezó a fallar". Luego de pasar la noche en el desierto arreglando los desperfectos, Dumas llegó a Uynui y ayer regresó a Iqiuique. Sobre su primera noche en el desierto, fue directo: "Estoy contento de que ya haya pasado".
 
 
Miedo a una explosión. Entre Antofagasta e Iquique, Pierre Cherpin pasó un miedo increíble. Su tercer Dakar podía haber acabado ahí. "Un poco de gasolina se prendió fuego en el escape de la moto", comenta el francés. "Me avisó un espectador chileno. Tuve tiempo de lanzarme cuerpo a tierra y apagar el incendio echando arena". Un susto tremendo que no ha logrado hacer mella en el optimismo inquebrantable de este participante aficionado. "En los deportes de motor siempre es así, porque todo puede cambiar en cualquier momento. Hay que estar siempre a la defensiva. El estrés es permanente", agregó.
 
Ésa es la razón por la que este apasionado del atletismo volvió a registrarse este año en la categoría Malles Moto. "Más allá de lo financiero, porque se ahorra mucho al pasar de la asistencia, me encanta la idea que hay detrás de este sistema. Es algo así como correr en solitario. Estás solo toda la semana. Al final del día, ahí ya sí puedes comer con los compañeros, y la verdad es que es genial".