El puño derecho levantado enfundado en un guante negro simbolizaba la pobreza de la raza negra. Esa noche, Carlos olvidó sus guantes camino al podio y fue el australiano Peter Norman, sorpresivamente medalla de plata, quien sugirió que un guante de Smith fuera para Carlos, quien no tuvo más remedio que levantar su puño izquierdo. Norman se solidarizó al extremo de colocar sobre su pecho la insignia del reclamo de los derechos humanos. Por esa acción fue duramente criticado en su propio país y sufrió sus consecuencias. Aunque clasificó a los Juegos de Munich en 1972, el Comité australiano designó a otro atleta. Afectado luego por una gangrena le amputaron una pierna y la depresión lo arrastró al alcohol. Falleció en 2003 y tanto Smith como Carlos viajaron a Australia y llevaron el féretro en su funeral. En Estados Unidos hay una estatua que reproduce el podio, pero no está Norman. Otro olvido imperdonable.