Llegada ayer a Chile -adonde arribó con una lista de exigencias que incluía 7 hombres para custodia personal, limousina y asistentes-, parece que entre los planes de la voluptuosa Pamela Anderson, que anda de gira en faceta de cantante (se pasea entonando High, el corte difusión de su único disco) está hacerse una escapadita a Mar del Plata. Pero no es que, tras su paso por el país trasandino (que concluye hoy) la rubia haya decidido hacer turismo por su cuenta, ni tampoco que pretenda sacarle fotos a los lobos marinos de concreto; sino que aceptaría -según Diarioshow es un hecho- la invitación que le hizo el excéntrico Ricardo Fort a su playa privada, Fort Beach, para que descanse unos días. Y, de paso cañazo, Ricky mostraría sus dotes de anfitrión y movilero a través de alguna de las cámaras de TV de las que dispone, las de Infama (América) o las de Este es el show (El Trece), que emitirían el encuentro exclusivo.
Vale recordar que la diva prometió no visitar nunca más estas latitudes luego de una mala experiencia que vivió en los 90 en Uruguay. Mientras disfrutaba de su paseo en Playa Bikini, un grupo de adolescentes logró vencer la seguridad y a los manotazos, hasta rompió parte de la ropa de la conejita, que huyó de manera despavorida. Pero Fort tiene quien la cuide.
