No todo fue descontento y desaliento anoche en la Feria de la FNS en el Parque de Mayo. El aguante y buena onda de los expositores le ganó a la lluvia, pese a que la misma les generó importante pérdidas económicas, especialmente a los del rubro gastronómicos. Algunos puestos de comidas permanecieron abiertos hasta último momento y hasta lanzaron promociones para la gente que estaba trabajando en el lugar.
“Chicos, no decaigan. Aprovechen la promo de 4 sánguches de jamón crudo y queso a 70 pesos”, pregonó por el micrófono uno de los empleados del stand de la Casa de Córdoba, con venta de embutidos. El joven dijo que decidieron lanzar esta oferta para alentar a los demás expositores, policías y demás personal que siguió trabajando en la Feria a pesar de que hubo suspensión de actividades.
El aguante también se reflejó en el puesto de venta de sánguches de punta de espalda. Sus encargados se las ingeniaron para continuar asando la carne a las llamas, pese a la lluvia. “Hay gente que se va a quedar hasta tarde y seguro van a tener que comer algo. Obviamente que no vamos a vender los 100 kilos de carne que pusimos al fuego, pero algo es algo. El resto lo deberemos frizar para comerla a lo largo del mes”, dijo Eduardo Gutiérrez.
Como la suspensión de la Feria se oficializó a las 20, hubo gente que ingresó al Parque para recorrer los stands y al Estadio Abierto para esperar el recital de Ulises Bueno. Esa gente, tras la suspensión, igual se quedó un rato en el predio y compró comida al paso.
En el lugar sólo se escuchaba el sonido de la lluvia y del desmantelamiento de algunos stands y de los escenarios alternativos.
Pero de repente comenzó a sonar una de las canciones de Ulises Bueno que llamó la atención de las pocas personas que se encontraban en el Parque. Los responsables fueron los chicos del stand de ventas de hamburguesas que comenzaron a cantar los temas del cuartetero cordobés para levantar el ánimo de los presentes. La ocurrencia fue muy bien recibida por el resto. Algunos acompañaron con palmas, mientras que otros hasta se animaron a bailar.
De a poco se fueron apagando las luces de los stands y la gente comenzó a irse. Los que siguieron firmes en su puestos fueron los gastronómicos que decidieron irse en último lugar.
Seguridad extrema
Los efectivos de la Policía de San Juan y Bomberos recorrieron en forma permanente las instalaciones de la Feria, aún cuando llovió intensamente, para asegurarse que las personas que estaban en el lugar no se acercaran a las conexiones eléctricas de escenarios y stands para prevenir cualquier tipo de accidente.
Profesionalismo
El personal médico que todas las noches trabajó en la Feria también se retiró en último momento del Parque de Mayo. Decidieron quedarse para asistir, en caso de ser necesario, a alguna persona que sufriera algún trastorno durante el desarmado de los stands. Por suerte no tuvieron que asistir a nadie.
A la espera
Un grupo numeroso de jóvenes y adolescentes se quedó junto a la valla de ingreso a la Feria, con la esperanza de que se levantara la suspensión del recital de Ulises Bueno. Como esto no sucedió, los chicos se quedaron en la Plaza España y en los Jardines del Centro Cívico para divertirse por un rato.