Entre las fanáticas locales que decidieron no perderse el recital de su Rey en San Luis; además de quienes tomaron sus autos en grupos de amigos o con sus familiares, hubo quienes viajaron en bus (foto). En este último caso se destaca la historia de Belén, una contadora que, junto a su hermana Beatriz -que estudia la misma carrera-, escogió adquirir un paquete con traslados incluidos para llegar sin sobresaltos. También la anécdota de Agustina Nessman y su amiga “Juja” quienes tomaron el impulso a último momento, “después de ver el show en Córdoba”. Así, juntaron sus ahorros y compraron su derecho al campo. Al igual que ellas, Adriana usó el mismo sistema de transporte, pero prefirió estar bien cerquita del astro, en la fila 9 del sector más caro. “Lo tuve ahí, ahí; es divino”, salió diciendo extasiada quien lo siguió a Buenos Aires, Mendoza y hasta fue a presenciar un espectáculo suyo en Acapulco (México). Silvia, sin embargo, fue parte de la misma comitiva pero tomó la iniciativa de rumbear a la vecina provincia de rompe y porrazo, tanto así que compró su ticket en el mismo estadio y fue a parar al campo. “No podía perdermelo. Soy fan desde los 9 años y solamente lo pude ver en 1994 en Mendoza porque cuando fue a San Juan estaba embarazada”, expresó flotando en la magia desplegada por El Sol.
