Con el sueño intacto

El partido empezó raro, respecto de su contexto. Porque la gente demoró en ingresar al Hilario Sánchez y así en los primeros minutos hubo muchísimos claros en las tribunas, sobre todo en la cabecera Norte que suele estar colmada. Es más, el grueso de la hinchada todavía no hacía su aparición con toda la percusión y las banderas. Y el final fue lo contrario, más allá de algunos impacientes en la platea Este por ver golear a San Martín, con fuegos artificiales (tal cual pasó en la despedida del 2009 ante la CAI) y con el grito intacto que reza “vamos a volver, vamos a volver”.

El termómetro del público quedó en cero cuando la voz del estadio dio la formación del equipo de Hrabina. Prácticamente, pasó desapercibida. Sólo el Ruso recibió algunos aplausos. La etapa inicial se vivió con nervios por el gol que estaba cerca, pero no llegaba. Gallardo, por lejos, fue el más aplaudido por su despliegue y claridad en los pases.

Los goles de Becerra y Cuevas trajeron la paz generalizada. Aunque más de uno se exasperó con la poca reacción de González, algo que hasta el uruguayo reconoció post partido. El 3-0 y los fuegos artificiales cerraron una noche donde todos sueñan que haya sido el inicio definitivo rumbo al anhelada ascenso.