A los 12 años, Ricardo Guzmán recibió el apodo de ‘Sarmientito‘ por su excelente desempeño académico y el tremendo sacrificio que hacía para ir a la escuela debido a su pobreza. Tuvo mejor promedio, fue abanderado, mejor compañero y tuvo asistencia perfecta. Ahora, 7 años después, obtuvo otro logro: se recibió de Maestro de Plástica. Y va por más, ya que empezará a estudiar Ingeniería Civil.
Se describió como un fanático del estudio, sin embargo aseguró que nunca pasó mucho tiempo sentado frente a los libros. ’Es que tengo mucha facilidad. Leo una vez y las cosas se me quedan grabadas en la memoria’, dijo el muchacho que en septiembre de 2007 se hizo muy famoso cuando fue reconocido por la Legislatura provincial (ver aparte). Además de la facilidad que tiene para estudiar, dijo que no le resulta difícil hacer los trabajos de plástica, sobre todo las esculturas. De hecho, recuerda que sus compañeros estaban como una semana para hacer una escultura y él la hacía en una tarde, sacando notas buenísimas.
Orgulloso por tener su primer título importante, es que podrá dar clases en escuelas primarias, Ricardo aseguró que estará eternamente agradecido a sus padres por el esfuerzo que hicieron para ayudarlo a estudiar. Es que su familia es muy humilde. Su mamá es empleada doméstica y su papá es pensionado por discapacidad. Y si bien el estudio nunca fue un obstáculo en su vida, necesitó de mucho dinero para poder costear los materiales de sus trabajos.
’Se privó de muchas salidas, de ropa, y siempre comimos alimentos que no significaran muchos gastos’, dijo el papá del joven que vive en Trinidad, en la casa de su abuela paterna. También contó que para que Ricardo pudiera hacer las prácticas finales (con las que se recibió) dio clases en una escuela primaria y todos los materiales que usaron los chicos para los trabajos, que él evaluó, los compró Ricardo. ’Para esto recibí mucha ayuda de mi tíos y mi abuela’, dijo el Sarmientito y aseguró que durante muchos años ese apodo le trajo complejos. Es que sus compañeros se burlaban por su desempeño, sin embargo contó que luego de un tiempo superó esa vergüenza y no se arrepiente. ’Yo terminé bien y muchos de los que se burlaban de mi, ni siquiera siguieron estudiando’, dijo.
La Primaria la terminó con un promedio de 9,97. En la Secundaria sólo se llevó una materia en Quinto año (dijo que fue porque estaba mal por una mujer) y ahora buscará ser ingeniero. Y si bien esta carrera no tiene mucha relación con su título de Maestro dijo que siempre soñó con ayudar en la construcción de barrios y edificios. Sin embargo, no descartó que mientras estudie se desempeñe como docente, ya que le encantó trabajar con niños y transmitir sus conocimientos.

